Hace unos días veíamos como Patricia Conde salía de los juzgados con una peluca morena, un gorro de lana, una bufanda y unas gafas de sol, al más puro estilo espía de la KGB. Si la presentadora de ‘Killer Karaoke’ hubiera conocido algunas de las nuevas invenciones contra los paparazzi, seguro que hubiera estado mucho más tranquila.
Un poco por casualidad, el DJ norteamericano Chris Holmes descubrió que las prendas reflectantes que usaba en sus actuaciones impedían que se mostrase su cara en las fotos que sus fans hacían en los conciertos. De este modo surgió la “Anti Paparazzi Collection”, compuesta por un abrigo, una chaqueta y una bufanda confeccionadas con un material reflectante que, al incidir sobre ellas los flashes de las cámaras, brillan hasta ocultar el rostro del usuario.
No es el primer “inventor” que pone su astucia al servicio de los famosos. El diseñador Ying Gao sacó hace un año la colección tecnológica Playtime: "Si alguien intenta fotografiar o grabar el vestido, este se difumina, haciendo que el resultado sea borroso". Por su parte, la marca de bolsos Camoflash lanzó un diseño con luces LED, capaces de emitir cuando el usuario lo desee un haz de luz que ciega momentáneamente a los fotógrafos. La firma de neumáticos Goodyear avanzó las líneas maestras de un coche a prueba de fotógrafos con un túnel plegable para salir del coche, pantallas de humo o disfraz para el copiloto.
Claro que las celebrities y llevan años utilizando buenos trucos para darle el esquinazo a los paparazzis. Roman Abramóvich, uno de los hombres más ricos del mundo y dueño del Chelsea, instaló un láser en su yate, el más caro y grande del mundo, para impedir que los paparazzi tomen fotos de él y sus invitados a bordo.
Todo mejor que acabar a leches con los paparazzis, que al final sólo hace su trabajo. Lo último ha sido que Chris Martin, líder de Coldplay y ¿novio? de Jennifer Lawrence , atropelló a uno de ellos. No es el único: Olivier Martinez agredió en el aeropuerto a un fotógrafo con la sillita de bebé de su hijo o Justin Bieber ha llegado a las manos en más de una ocasión.
Preferimos cuando se disfrazan, que duda cabe. Quizás no sea tan efectivo como los inventos que hemos visto antes pero son mucho más gracioso, donde va a parar. Ver a Shia LeBoouf acudir al estreno de una película suya con una bolsa de cartón en la cabeza, a Ke$ha con una careta de tigre, a Harry Styles con una cabeza de elefante, a Jaden Smith vestido de Iron Man o al propio Justin Bieber con una máscara de gas tiene su punto.
Otras prefieren contratar doble… e incluso triples. 500.000 dólares les contó a Kim Kardashian y Kayne West contratar a una doble para su pequeña North West, que ya es toda una estrella (en gran parte por culpa de la sobreexposición social a la que le somete su madre). Kate Moss, por su parte, tiene todo un regimiento de dobles que hacen la vida imposible a los paparazzis, y eso que muchos pensarán que es única en su especie.
Otra medida que tiene mucha gracias es los nombres falsos que utilizan los VIPs para moverse por el mundo. Si alguna vez oyes que en tu restaurante preferido han reservado el matrimonio Bryce y Jasmine Pilaf, que sepas que vas a comer al lado de Brad Pitt y Angelina Jolie, ya que es su nombre en clave habitual para las reservas. Justin Timberlake y Jessica Biel se hacen pasar por los señores Woodpond y Kristen Stewart tiene sentido del humor (algo inaudito) y se hace llamar Chuck Steak, que se traduce como filete de carne de buey. A Johnny Depp también se le conoce como Mr. Drip Noodle, Frank Sinatra ha renacido de la mano de Jay-Z, George Clooney tiene su alter ego en Arnold Schwarzenegger y Justin Bieber utiliza el sobrenombre de Chandler Bing, el personaje interpretado por Matthew Perry en la exitosa serie de televisión de finales de los noventa ‘Friends’.
Hay que reconocer que son buenos, y es que hay que tirar de astucia cuando la cosa se pone complicada. De momento no hemos visto a ninguno de ellos con las prendas reflectantes o el coche “fantástico” pero todo llegará. O quizás si lo han utilizado y por eso no tenemos fotos de ellos… quién sabe.