{{#section.link.href}}
{{section.link.title}}
{{/section.link.href}}
Pablo Motos ha superado dos durísimos y preocupantes momentos a nivel económico a lo largo de su vida. Antes de ser uno de los presentadores de televisión mejor pagados de la pequeña pantalla, el comunicador aprendió, a base de palos y experiencias, que es “muy fácil” quedarse sin nada. Aunque no concede entrevistas para no “meterse en líos” por su visibilidad, el presentador relataba en ‘El sentido de la birra’, programa de YouTube que conduce Ricardo Moya, las dos ocasiones en las que se vio obligado a empezar de cero.
La primera de ellas tuvo lugar al principio de su extensa carrera profesional en los medios. El valenciano llevaba un tiempo trabajando en la radio cuando se cruzó con un “estafador” que le persuadió para que hiciera publicidad sobre unos chicles adelgazantes. Poco después de que el creador de este producto estuviese ganando “millones de pesetas” con el negocio, algunos consumidores tuvieron problemas de salud y se empezaron a hacer reportajes sobre su toxicidad. “El tío desapareció, era un estafador profesional”, recordaba que hasta el nombre con el que se presentó era falso. Aunque quiso buscar a este delincuente para tomar la justicia por su mano, Laura Llopis, su mujer, le animó a que hiciera borrón y cuenta nueva.
La segunda vez que casi lo perdió todo tuvo que ver con malos movimientos bursátiles. Motos siguió los pasos de unos amigos de toda la vida que estaban ganando ingentes cantidades de dinero en bolsa. Aunque en un principio ganaba “pasta por un tubo” con estas inversiones, hubo un día en el que se fue todo al traste. La bolsa bajó muchísimo y, confiando en las recomendaciones de estas mismas personas, decidió no vender. “Dos horas más tarde me quedaban unos dos mil euros de los ahorros de toda mi vida. Me quedé sin nada otra vez”.
Desagradables experiencias que el de Requena tiene claro no volverán a suceder, ya que aprendió “la lección hace tiempo”. Por eso, ahora resalta la importancia de trabajar “en lo que sabes y no meterte en lo que no conoces”. Con esta filosofía lleva más de una década siendo el maestro de ceremonias de un exitoso formato que pertenece a la productora que fundó con Jorge Salvador, con quien posee más empresas y más espacios, lo que le ha procurado una gran fortuna. Según informaba El País en 2019, ‘7 y acción’, su productora, facturararía unos 30 millones de euros al año, con unos beneficios de 10 millones de euros por ejercicio. No miente cuando le hizo saber a Joaquín en su programa que en la pequeña pantalla "pagan muy bien".
Pablo maneja unas cifras que le sitúan como uno de los mejores pagados de la pequeña pantalla y que le habría permitido reunir un increíble patrimonio. En Valencia tendría dos viviendas, dos fincas y una casa de campo. En la capital, además de dos pisos como sedes de sus empresas, cuenta con una vivienda de 300 metros cuadrados, próxima al parque de El Retiro, que fue adquirida, según informaba la revista ‘Semana’, por 1,5 millones de euros, y que habría sido reformada tras la venta para entrar a vivir con Laura Llopis y sus dos hijastras.
No terminan aquí sus inversiones, y es que tal y como publicó El País, el presentador habría adquirido al 50% con su socio varias propiedades en el cabo de la Nao, donde suelen pasar sus vacaciones. Estaríamos hablando de unas villas con unas espectaculares vistas al mediterránes que estaríanvaloradas en unos 600.000 euros. Según las agencias de la zona, tienen un enorme potencial tanto para la venta como para el alquiler.