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Desde que abrió su cuenta en Instagram, hace solo un par de años, el perfil de Pablo Motos ha crecido hasta el millón y medio de seguidores. Personas que siguen el día a día del presentador, que suele utilizar sus redes para, entre otras cosas, mantener a su público al tanto de su labor profesional. Esa que no se detiene ni aunque Motos tenga que pasar por el quirófano. Pero un reciente positivo en coronavirus ha acabado por alejarle por primera vez del trabajo durante unos días, lo que nos ha permitido colarnos como nunca en el exclusivo piso madrileño en el que vive con su pareja, la guionista Laura Llopis.
El diario El País publicaba la primavera pasada que Motos y Llopis, que cuentan además con casas en su Requena (Valencia) natal y una exclusiva villa en Xàbia (Alicante), viven en un piso de 300 metros cuadrados en el madrileño barrio de Salamanca. Cercano al parque del Retiro y situado en un edificio histórico, su valor se aproxima a los dos millones de euros. Comprada en 2016, la vivienda fue rehabilitada antes de la mudanza de la pareja desde su casa de Las Ventas.
Pero pese a que hace ya unos años que viven en él, el hogar de Pablo y Laura ha permanecido lejos de los ojos de los fans del presentador. La pareja nunca lo ha mostrado de forma clara, aunque, como ocurre con muchos otros vips, hemos podido conocer algunas partes del mismo gracias a las publicaciones en redes sociales, donde ha aparecido como escenario de fondo en contadas ocasiones.
A diferencia de otras muchas celebrities, Pablo no ha hecho jamás un 'house tour' ni suele compartir posados en su casa. Pero en varias publicaciones, casi siempre relacionadas con su trabajo, se ha podido ver buena parte de su céntrico piso madrileño. Especialmente desde la llegada de la pandemia, que provocó que tuviese adaptar su labor profesional, más desde casa que nunca. Pero también debido a su reciente positivo en coronavirus: desde allí ha informado puntualmente de su evolución.
Por lo visto hasta ahora en su cuenta de Instagram, las distintas habitaciones del piso de Motos y Llopis presentan un par de notas características: la luminosidad y la apuesta por el minimalismo. La primera viene dada por la altura del piso, que permite la entrada de abundante luz natural, y el color blanco de las paredes. La segunda se concreta en la no abundancia de muebles, que se basan en la madera como material principal. Existe una tercera: la presencia de multitud de obsequios de personajes famosos, como una hormiga gigante en bronce que le regaló Sergio Ramos en una de las visitas a su programa.
El salón es una de las estancias que hemos podido descubrir en los últimos meses. Se trata de un espacio de gran tamaño, en el que mantienen las líneas generales de apuesta por los tonos claros y por la sencillez en la decoración. Cuenta con lo que parecen dos zonas de sofás diferenciadas, una con sillones en tono gris claro, en la que hemos visto al requenense en varias conexiones, y otra con un sofá azul y un gran cuadro abstracto en la pared.
Ambas están delimitadas por un mueble alto y alargado, sobre el que descansan varias revistas y una lámpara moderna en tono dorado. El salón cuenta con dos balcones, tapados con grandes cortinas en crudo, y está abierto hacia otro cuarto, como si de una habitación italiana se tratase, en el que se avistan plantas y otros muebles. En el techo se aprecian varias molduras.
Su despacho es, precisamente por su carácter profesional, el espacio que mejor hemos podido conocer. Se trata de un cuarto exterior, con paredes en blanco y suelo en madera clara, desde el que el comunicador adelanta buena parte de su trabajo diario, según él mismo ha confesado, mientras se prepara para hacer deporte, una de sus grandes aficiones.
Una de las paredes de la estancia, la contraria a la exterior, cuenta con una inmensa estantería en blanco con cuatro cuerpos, llena de libros, regalos de los invitados de su programa (como una raqueta de Rafa Nadal o un casco de Carlos Sainz), un par de cuadros y alguna planta. Cerca de la ventana se encuentra una gran pantalla, frente a la cual se sitúa un cómodo sillón para hacer visionados.
Al fondo de la habitación se encuentra una mesa de trabajo con caballetes, con silla de oficina en gris claro, ordenador y cajonera. La luz entra por dos balcones que dan a la calle arbolada. El muro tras la zona de despacho forma uno de los rincones preferidos de Pablo, dedicado a una de sus pasiones: una pared con su colección de guitarras (algunas propias y otras cedidas por Antonio Carmona o Russell Crowe), colgadas a modo decorativo pero que Motos reconoce tocar de vez en cuando.
Gracias a algún vídeo mostrando sus dotes culinarias hemos podido colarnos también en la cocina del presentador. También aquí predominan los tonos claros, pero con un matiz: una de las paredes, en lugar de lisa, es de ladrillo pintado de blanco. En otro de los muros se encuentra la encimera blanca, con vitrocerámica, campana extractora, tostadora y multitud de menaje, además de amplio espacio para almacenamiento debajo.
El cuarto cuenta con otra zona de trabajo: una isla en el medio, con fregadero incrustado y un frutero encima. La cocina tiene además una gran ventana en color negro, un par de cuadros colgados y un pequeño televisor en una esquina. El suelo, a diferencia de otras estancias de la casa, es en un tono grisáceo.