Tamara Falcó cuenta que Miguel Boyer excedió la dosis de gotas para tranquilizar a Ana Boyer de pequeña: "No despertaba"

Tamara Falcó es un auténtico libro abierto y, en muchas ocasiones, ha desvelado sus secretos mejor guardados. Sus apariciones públicas siempre vienen de la mano de titulares sobre su vida más personal o que 'afectan directamente su familia, con la que siempre ha presumido de tener mucha unión. Ahora, la Marquesa de Griñón ha desvelado un episodio junto a su madre, Isabel Preysler, y su hermana, Ana Boyer, que nunca antes había contado.

La reina de corazones siempre ha presumido de tener una magnífica relación con sus hijos (frutos de diferentes matrimonios). Siempre ha tratado de protegerlos midiendo mucho sus palabras a la hora de contar episodios personales. Aunque todos ellos (Chabeli, Ana, Enrique y Julio) han seguido la estela de su madre en cuanto a ser más herméticos con su vida privada, no ha sido de la misma manera con su hija en común con Carlos Falcó.

Si por algo de caracteriza Tamara es por su cercanía y espontaneidad frente a las cámaras. En esta ocasión, la colaboradora del programa de Pablo Motos, ha desvelado un episodio junto a su madre y a su hermana Ana desconocido hasta la fecha.

El insólito viaje de Isabel Preysler con sus hijas

Las maletas y los pasaportes son una extensión del cuerpo de este mediático clan. Juntos han viajado a los lugares más recónditos del mundo y, en muchas ocasiones, nos han enseñado imágenes inéditas de sus destinos de lujo. Sin embargo, parece que no siempre todo sale tan bien como esperaban. Ahora, la mujer de Íñigo Onieva, ha contado un insólito episodio en un tren a Marbella de cuándo su hermana Ana y ella eran tan solo unas niñas.

"Para que no molestásemos al resto en el avión mi madre nos daba unas gotitas. Una vez, viajamos a Marbella (un destino muy concurrido por la familia) y cuando nos íbamos a bajar del tren, no había forma de despertar a Ana", ha comenzado contando la Marquesa de Griñón.

"Empezaron a golpearla por si reaccionaba y nada. Fue entonces cuando mi madre le preguntó al tío Miguel (Boyer, pareja entonces de Isabel Preysler) cuántas gotas le había dado. Le dijo que 'las que me había dicho, 18', pero no tenía que haberle dado 18, eran 8", ha contado Tamara Falcó. Una anécdota de lo más íntima de la familia Preysler que hasta día de hoy no conocíamos y que pone en jaque la traviesa e inquieta actitud de la Marquesa de Griñón y su hermana siendo solo unas niñas.