El pasado 1 de mayo, Curro Romero, de 91 años, ingresaba en el hospital Virgen Macarena de Sevilla a causa de una infección de orina y una bajada de tensión. Su mujer, Carmen Tello, se mantuvo a su lado durante todo el proceso y, al recibir el alta días después, quiso lanzar un mensaje de serenidad: “Es muy buen paciente, pero quiere irse ya a casa”, afirmó ante los medios en la puerta del hospital. Tras varios días de recuperación, la mejoría fue suficiente para abandonar el centro sanitario. Sin embargo, la calma duró poco. Apenas cuatro días después, el diestro regresaba de nuevo al hospital, esta vez por una complicación respiratoria.
El sábado 10 de mayo, Curro Romero fue ingresado de nuevo en el mismo hospital sevillano. Según ha trascendido, este nuevo ingreso se produjo tras una crisis respiratoria derivada de un episodio de atragantamiento. El torero se encontraba en su domicilio cuando tomó un vaso de leche con galletas y se atragantó, lo que provocó que parte del alimento llegara a los pulmones. Este incidente desembocó en una neumonía que, de acuerdo con la información ofrecida por su entorno, ya está siendo tratada con antibióticos.
Desde el programa ‘Fiesta’ se informó en primer lugar de este nuevo ingreso, aunque los detalles no se conocieron hasta un día después, cuando diferentes medios nacionales comenzaron a actualizar el estado de salud del torero. Desde Televisión Española, en el programa ‘DCorazón’, una reportera desplazada al hospital informó tras hablar con Carmen Tello que no hay motivo de alarma. Según sus palabras, Curro había pasado la noche tranquilo, seguía una dieta blanda y estaba recibiendo oxígeno en planta, donde permanece ingresado. Fuentes cercanas han indicado que esta neumonía es consecuencia directa del párkinson que padece el torero desde hace años, enfermedad que afecta a su musculatura y, en consecuencia, a funciones como la deglución.
Carmen Tello, esposa del torero, ha querido ofrecer explicaciones para evitar la preocupación pública que ha generado este nuevo paso por el hospital. En declaraciones a la revista '¡Hola!', explicó lo sucedido de forma detallada. “Ayer por la tarde noche, se tomó un vaso de leche con unas galletas y se le fue para el otro lado. Entonces tuvimos que traerlo para el hospital”, explicó. A pesar del susto, quiso dejar claro que su marido está evolucionando bien. “Lo peor ha pasado ya. Lo han puesto en planta con su oxígeno y ya ha superado lo malo”, señaló.
En la misma entrevista, Carmen recalcó que la dolencia actual está relacionada con el párkinson. “Como él padece de párkinson, tanto la musculatura de los brazos, de las piernas, como al tragar, a veces le cuesta y se atraganta”, explicó. Además, reconoció que estos días han sido difíciles, aunque confía en la capacidad de recuperación del diestro: “Llevo diez días de susto, pero confío en su fortaleza”.
La esposa del torero insistió en que el tratamiento con antibióticos está funcionando y que el objetivo es volver pronto a casa. “Él es muy fuerte y hoy está mucho mejor. Todo depende de los medicamentos”, declaró, intentando calmar el ambiente generado por este nuevo ingreso. La actitud de Tello ha sido desde el primer momento de serenidad y contención, repitiendo términos como “tranquilidad” y “optimismo” en sus conversaciones con la prensa.
Suscríbete a la newsletter de Divinity y recibirás toda la información de celebrities y corazón cada semana en tu mail