Enfermedades famosos

Sergio Peris-Mencheta relata su complicada relación con la comida antes y después de la enfermedad

Sergio Peris-Mencheta
Sergio Peris-Mencheta, en una fotografía de archivoGetty Images
  • Sergio Peris-Mencheta publica '730 días. La enfermedad como espejo del tiempo', un libro en el que relata su lucha contra la leucemia

  • También se sincera sobre la complicada relación que ha tenido con la comida antes y después de su enfermedad

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Sergio Peris-Mencheta notó "un pinchazo en el pulmón izquierdo que le molestaba para coger aire" y acudió a la Fundación Jiménez Díaz. Fue en abril de 2023 cuando le dieron el primer diagnóstico: un síndrome mielodisplásico que "más pronto que tarde" mutaría a leucemia. Fue entonces cuando comenzó una vida de hospitales y tratamientos que le obligó a permanecer un tiempo en Estados Unidos porque su estado de salud le impedía regresar a España. Así lo relata en '730 días. La enfermedad como espejo del tiempo', un libro en el que ofrece un testimonio "vitalista e inspirador" que le ha servido para abrazarse. "En él exploro mi experiencia con el proceso curativo —proceso en el que aún ando inmerso— y todos los cambios que ha conllevado este. Soy yo, sí, pero me sostiene otra estructura. Mis ojos son los mismos, pero ahora miro otras cosas", asegura.

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El actor hace un repaso a su pasado, también a su familia (ya que su padre y su abuelo murieron de leucemia) y habla de su relación con la comida. "Hay muchos tipos de leucemia y la mía no tiene nada que ver con la de mi padre ni la suya con la de su abuelo. Mi padre no pudo salvarse con un trasplante, por ejemplo, la suya no daba esa opción, y mi abuelo, en su época, probablemente un trasplante tampoco le hubiera salvado", explicaba en una entrevista.

El cambio de metabolismo provocado por sus subidas y bajas de peso en poco tiempo

Antes del diagnóstico de su enfermedad, Sergio reconoce que volvió loco a su metabolismo "unas cuantas veces" por subidas y bajadas de peso en poco tiempo. El motivo era su trabajo como actor, que le obligaba a interpretar papeles (igual que otros muchos actores) en los que tenía la necesidad de cambiar rápidamente de forma física. En su época de 'Al salir de clase' se sometió a una dieta en una clínica donde, un día a la semana, "te hacían acupuntura en un punto cerca del hígado para quitarte el hambre". "Antes de salir por la puerta te daban una píldora negra para que pudieras comer durante 50 minutos lo que te diera la gana", recuerda.

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Mencheta reconoce que su mente siempre entendió la alimentación "como un trámite". "Comer no solo se refiere a ingerir alimentos. Se dice que somos lo que comemos, pero también somos cómo comemos", dice en su libro.

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La relación de Sergio Peris-Mencheta con la comida tras su enfermedad

En un capítulo de su libro titulado 'Tragar', Sergio confiesa que antes "no comía, engullía", algo que reconoce haber heredado de su padre. Cuando vivía en Estados Unidos con su familia su mujer y él tenían un horario de comida diferente al de sus hijos y reconoce que todos picaban entre horas. Dos meses después de su trasplante comía "despacito" porque le dolían las encías y porque no tenía hambre. El actor se obligaba a comer para no seguir perdiendo peso, ya que llegó a bajar "casi 30 kilos" tras comenzar el tratamiento. El trasplante también le ha afectado al sistema digestivo, causándole "nauseas, dolor, ardor de estómago y falta de apetito".

Las horas previas a alimentarse piensa en qué le puede apetecer, viendo vídeo de cocineros que preparan "suculentos platos". "Trato de activar los jugos gástricos como buenamente puedo. Luego saco fuerzas para cocinar el menú de todos, mido bien los ingredientes, emplato lo mejor que puedo, no picoteo nada y, cuando está todo listo, observo el plato durante un buen rato antes de hincarle el diente", explica.

Los primeros días de trasplante lo único que no le sabían a medicinas era el batido de chocolate. "Yo que nunca he sido demasiado fan del chocolate, me alimenté durante un más de un mes a base de batidos de proteínas con sabor a cacao. Ahora mastico despacio, mucho y haciendo un pequeño esfuerzo, trago", relata sobre cómo ha cambiado su relación con la comida.