La discreta vida actual de Nuria González, viuda de Fernández Tapias y antigua amiga de Mar Flores
La publicación de ‘Mar En Calma’, el libro de memorias de Mar Flores, ha revolucionado el mundo del corazón poniendo de nuevo en la picota a todos los personajes de la vida de la exmodelo: sus exmaridos, Alessandro Lequio, Fernando Fernández Tapias (Fefé)... Por ello, hoy nos centramos en la figura de Nuria González, de 54 años, viuda de Fernández Tapias y antigua amiga de Mar Flores, con quien tiene mal rollito.

Nuria González, también exmodelo y una de las mejores amigas de Mar Flores en la década de los 90, es la viuda legítima del millonario empresario naviero, fallecido en octubre de 2023 a los 84 años. Su relación con Fefé comenzó poco después de que Mar Flores saliera de su vida en 1998, tras su sonada ruptura. Nuria y Fefé unieron sus destinos en matrimonio en 2002, consolidando una relación que duró hasta su muerte.

Viuda rica, madre de dos hijos de 22 y 18 años y con casa en Puerta de Hierro
Desde el fallecimiento de su esposo, Nuria ha optado por una vida discreta y casi anónima, un perfil que parece mantener mientras atraviesa el actual huracán mediático. Reside junto a los dos hijos que tuvo con Fefé, Iván y Alma, de 22 y 18 años respectivamente, en su casoplón de la urbanización Puerta de Hierro en Madrid, el mismo barrio en el que también tiene su mediática mansión su amiga Isabel Preysler.

Sin embargo, que se mantenga al margen de los medios y las apariciones públicas no significa que se mantenga en clausura. Según informaba Vanitatis, esta misma semana, fue vista en Madrid disfrutando de ‘Tradición’, el nuevo restaurante madrileño del chef Ramón Freixa. También es habitual que realice planes sencillos y discretos con sus amigas íntimas, entre las que figuran la mencionada Isabel Preysler, Ana Rosa Quintana o la simpar Terelu, quien por caprichos del destino ha acabado como consuegra de Mar Flores.
La tensión con Mar Flores: una despedida frustrada
A pesar de que Mar Flores y Nuria fueron amigas íntimas en el pasado y de que en una entrevista promocional Flores la definiese como “magnífica esposa de Fernández Tapias”, la realidad es que entre ambas mujeres puede que no haya buena sintonía. Nuria González y Mar Flores se conocieron en los años 90 en el mundo de la moda y el modelaje y fueron tan íntimas que fue Mar quien presentó a Nuria y a Fernando durante su relación. Sin embargo, la discordia se instaló entre ambas desde el preciso momento en el que Nuria sustituyó a Mar en el corazón del fallecido empresario.
La propia Mar Flores reveló tras la muerte de Fefé que Nuria le impidió despedirse de él en sus últimos días. “Nos cortaron la comunicación”, afirmó en 2023. En Mar en calma, va más allá y sugiere que el “miedo” de Nuria era que ella pudiera retomar su relación con Fefé. Según contaba esta semana Alessandro Lequio en 'El Tiempo Justo' de Telecinco, Mar Flores y Fefé rompieron su relación cuando la revista 'Diez Minutos' destapó en 1997 el affaire paralelo que la modelo mantenía con el aristócrata italiano. Mar, por su parte, mantiene en su libro que cuando esas fotos salieron a la luz, su historia de amor con Fefé ya había terminado.
La batalla por la herencia

Más allá del conflicto con Mar Flores, Nuria González enfrenta una guerra judicial con los cinco hijos mayores de Fefé, fruto de sus dos matrimonios anteriores, quienes fueron desheredados por presunto “maltrato psicológico” hacia su padre y la propia Nuria. Estos hijos han impugnado el testamento, argumentando falta de pruebas y la presunta falta de lucidez del empresario al firmar el testamento, quien poco después fue declarado parcialmente incapacitado. Los tribunales deberán dirimir ahora si el testamento fue redactado en condiciones óptimas o no.
Mientras se resuelve la disputa, Nuria y sus hijos son los principales beneficiarios de la fortuna de Fernández Tapias. Nuria heredó el tercio de libre disposición, el usufructo del tercio de mejora y, antes del fallecimiento del empresario, recibió la lujosa mansión de Puerta de Hierro, con todos sus bienes: obras de arte, coches y 600.000 euros en metálico. Además, el testamento otorga a Nuria el control fiduciario de toda la herencia, incluyendo la parte correspondiente a sus hijos.