La vida sentimental de Esther Cañadas: dos bodas, un romance con José Coronado y un compromiso roto

Esther Cañadas ha sido una de las grandes top que ha dado nuestro país. En los años 90 fue una de las modelos más cotizadas a nivel internacional por su característica mirada felina. Desfiló para los diseñadores más reconocidos del planeta. Jean Paul Gaultier, Alexander McQueen, Thierry Mugler, Fendi y Oscar de la Renta contaron con ella para presentar sus colecciones sobre las pasarelas. Además, fue imagen de grandes marcas, participó en campañas publicitarias a nivel mundial y acaparó las portadas de las revistas de moda.

Considerada unas de las mujeres más bellas del planeta, Esther Cañadas acaparó también las portadas de la crónica social por sus relaciones. La maniquí se casó dos veces, una con el supermodelo neerlandés Mark Vanderloo y otra con el expiloto de motos español Sete Gibernau, y ha mantenido varias relaciones que no llegaron al altar pero que sí causaron un gran impacto como el romance que tuvo con el actor José Coronado.

Su relación con Mark Vanderloo

En 1997, durante una campaña para Donna Karan, los caminos de Esther Cañadas y Mark Vanderloo. Eran dos de los modelos más cotizados del momento y este trabajo hizo saltar la chispa entre ellos. La pareja inició un romance que no tardó en acaparar las portadas. Jóvenes, guapos y con éxito, formaban la pareja ideal.

En 1999, cuando Esther tenía tan solo 22 años, decidieron dar el gran paso. La pareja se dio el 'sí, quiero' en una romántica ceremonia celebrada en la Toscana italiana y fueron portada de la revista 'Hola', a la que concedieron una entrevista en la que ella aseguró que esperaba que los suyo fuera "para siempre".

No pudo ser. Un año después de contraer matrimonio, la pareja ponía punto y final a su relación y tomaban caminos separados. Eso sí, ambos siempre han manifestado que guardan un buen recuerdo de aquella etapa de sus vidas y a día de hoy mantienen una excelente relación.

Su breve pero intenso romance con José Coronado

Tras su separación del modelo, Esther Cañadas no tardó en enamorarse de nuevo. El mismo año de su separación fue pillada con José Coronado, con quien según la prensa de la época mantuvo un apasionado y breve romance. Aunque ninguno de ellos se ha pronunciado al respecto, la revista 'Semana' los llevó a su portada paseando por Nueva York. Según apuntó la revista 'Lecturas', la pareja se conoció en una entrega de premios organizada por la edición española de la revista 'Elle' y la química fue tal que ambos dieron una oportunidad a la relación. La revista 'Hola' también publicó varias imágenes de ambos juntos en la gran manzana, donde según la publicación el actor habría ayudado a Esther a "acondicionar su apartamento". El romance fue intenso, pero no duró. Tan solo dos meses después de iniciar su romance, la pareja rompió.

Su matrimonio con Sete Gibernau

Cuatro años después de su divorcio de Mark Vanderloo, Esther Cañadas inició un romance con el piloto de motos español Sete Gibernau, que se encontraba en uno de sus mejores momentos profesionales. La pareja llevó su relación con total discreción y no la hicieron pública hasta 2006, cuando se les vio juntos en varios eventos.

Un año después, en 2007, Esther y Sete contraían matrimonio por lo civil en el hotel rural Mas Salvi, muy cerca de Pals (Gerona), en la comarca del Baix Empordà. El 'sí, quiero' tuvo lugar a las 13:00 horas en la más estricta intimidad y tan solo acudieron un pequeño número de familiares y amigos. Un día después, la pareja emitía un comunicado confirmando el enlace. El matrimonio apenas duró un año y al igual que hicieron para confirmar el 'sí, quiero', la pareja emitió un comunicado para anunciar que habían puesto punto y final a su relación de mutuo acuerdo.

Su compromiso matrimonial con el empresario hotelero neoyorquino Vikram Chatwal

A principios de septiembre de 2013, Esther Cañadas anunciaba su compromiso con el millonario y 'playboy' Vikhram Chatwal, quien mantuvo varios romances con diversas celebridades como Lindsay Lohan o Kate Moss. La pedida de mano llegó con un anillo de 8,5 quilates, valorado en 250.000 euros, en la catedral de Nueva York Saint Patricks. Sin embargo, la mala noticia llegó apenas tres semanas después cuando el 'New Rork Post' comunicaba su ruptura a través de las propias palabras del empresario, quien dijo: "Esther y yo suspendimos de mutuo acuerdo nuestro compromiso. Ya no salimos y seguimos siendo amigos".