Lo primero que hizo cuando llegó "a la cima" y fue volver a trabajar. Desde allí arriba, tras seis meses de lucha, todo fue colocándose en el sitio en el que esta logró terminar con su tratamiento contra el cáncerba antes de que el linfoma de Hodgkin llegase para desestabilizarlo todo. Y ahora, después de haber puesto punto y final a su primer rodaje después de aquello, Dani Rovira nos está haciendo más partícipes de cómo fue esta ardua batalla contra "el bicho".
Esta vez lo ha hecho en la Cadena Ser, en el programa 'Hoy por hoy', donde le ha contado a Àngels Barceló cómo se enteró de que sufría esta enfermedad. "Ese día ni conocía ni sabía quién era ese tal Hodgkin", ha confesado con mucho sentido del humor. Antes de presentarse en el hospital a dos días de declararse el estado de alarma, el plan del humorista era confinarse en su casa de la sierra. Pero un extraño bulto en la clavícula le hizo alarmarse. Estuvo una semana al habla con una amiga médico que le tranquilizó, hasta que la cosa fue a más y no le quedó otra que presentarse en urgencias.
"Me estuvieron haciendo un montón de pruebas durante toda la mañana, cada vez eran más raras. Cuando me llamaron, puse a grabar el móvil, porque como te explican tantas cosas yo no quería perderme nada y mi intención era poder contarle luego a una amiga mía que es médico lo que me dijeron". La palabra "cáncer" no pasaba por su mente. "Pensé que podía ser cualquier otra cosa, tu cerebro no está preparado para esto". Hasta que de los tres de los médicos que se sentaron con él para darle la noticia, uno de ellos se presentó como oncólogo.
En esta distendida charla, Dani ha hablado de su propensión al desmayo. Y en una situación como esa, los mareos salieron a relucir. "Estaba medio sentado en una camilla y me tumbé. Perdí el conocimiento y todo. Luego al rato me desperté y fuimos al quirófano a hacer la biopsia", ha explicado. Al despertarse, con su 'guasa' habitual, cayó en que había dejado la grabadora encendida e hizo una advertencia al equipo de doctores que le han cuidado durante toda su enfermedad: "Si habéis despotricado de mí lo tengo grabado, que lo sepáis".
Instagram se convirtió en una guía en la que compartir con sus seguidores, que han estado al pie del cañón durante el proceso, cómo iban pasando esos seis meses en los que se enfrentó a la quimioterapia y la radioterapia. Durante parte del tratamiento, tal y como ha contado en la Ser, recurrió al THC, también conocido como "aceite de marihuana", el principal constituyente psicoactivo del cannabis que "te alivia las nauseas, los vómitos, los dolores y te da ganas de comer". Entre estar "echo un trapo o pedete", Rovira optó por lo segundo.