
¿Por qué nos gusta Mario Casas?
POR SU SONRISA.- El tópico de sonrisa de niño travieso está manido. Lo manosearemos una vez más. Existe algo en la comisura de los labios de Casas, concretamente en las arrugas alrededor de la boca y el achicamiento simultáneo de los ojos, que produce en el sujeto observador una sensación 100% placentera.








