¿Por qué mola Novias a dieta?
Hay a quien le gusta casarse medio desnudo en una playa ibicenca pasando de todo, con el mundo por montera y echándose unas risas. Otras, sin embargo, viven para vestirse de blanco y lucir palmito en el día más especial de su vida. 'Novias a dieta' es un reality sobre esta segunda clase de personas. Porque ese deseo de que el día de su boda sea perfecto es un auténtico y genuino quebradero de cabeza. Y en este mundo contemporáneo, donde hay sufrimiento, hay reality, oiga.
En el primer capítulo, que se emitirá este sábado a las 16:00 horas, Sarah descubrirá seis semanas antes del día de su boda que no cabe en el vestido de novia. Y si lo hace, está completamente embutida. Los estilistas del programa le avisan del ridículo de llevar una espalda escotada con la talla en la que pretende meterse, "te ha salido un culo en plena espalda", le dicen, por los michelines.
Para poder llegar a la cita de su vida como una sílfide, Sarah se pone en mano de los monitores del programa. Tommy Europe, un entrenador personal, y Madeen Boman, una nutricionista. Ambos tienen menos piedad que el sol de Alcañiz en pleno agosto.
Para empezar le cambian el desayuno y le tiran todas las bebidas azucaradas. El problema es que su marido es adicto a la comida basura y tienen toda la casa que parece el supermercado de una gasolinera. En 'Novias a dieta' verás como Madeen le deja la despensa como una patena a decenas de novias estadounidenses con sobrepeso.
Más despiadada aún es la labor de Tommy. Correr con pesos atados a la espalda, salto a la comba, mucho sudor, hasta tendrá que subir una montaña a pata. Un infierno. Pero ellas, las 'Novias a dieta', también son duras de roer. Por ejemplo, Sarah se negará en redondo a no beber alcohol en su despedida de soltera y la verás pedir litros de mojito mientras el calendario de calorías se pone de llevadero como la deuda griega.
¿Entrará en el vestido? Sintoniza Divinity TV a las 16:00 y lo sabrás. Su caso y el de un segundo episodio que se emitirá a continuación.