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Este lunes, el mundo hacía menos gracia tras la muerte de Quique San Francisco. El actor, que pasó de ser un icono del cine quinqui a provocar carcajadas cuando le llegó la veteranía, fallecía a los 65 años a causa de una neumonía bilateral por la que llevaba más de cuarenta días hospitalizado. Con su muerte, esa industria en la que dejó huella ha llorado la temprana pérdida del humorista, demostrándole su cariño con su presencia en el Tanatorio Norte de Madrid para darle su último adiós.
A pesar de las restricciones que implica la pandemia, anoche, pocas horas después de hacerse oficial la pérdida, en el velatorio del intérprete se dejaba ver una apenada Emma Suárez. "Quedan muchos buenos recuerdos porque era muy auténtico. Un amigo leal, una persona muy generosa, un gran actor que siempre estaba abierto a sus amigos. Le vamos a echar mucho de menos", apuntaba la actriz a su llegada.
Poco después aparecía Lolita, a la que unía un enorme vínculo personal con Quique. San Francisco no solo fue el primer novio de su hermano Rosario. También fue el mejor amigo, casi hermano, de Antonio Flores. "Quedará el legado de un genio que tenía una rapidez y una inteligencia especial", manifestaba con la voz entrecortada.
La hija mayor de Lola Flores, que acudía en representación del clan dado que Rosario se encontraba fuera de Madrid, celebraba los "recuerdos bonitos y sonrisas" que compartió con él. Además, haciendo referencia a su hermano, apuntó con humor que Antonio "le va a poner como los trapos por haber tardado tanto" en irse con él.
Y días después de hacerse pública la noticia, Rosario Flores escribía una emotiva carta en sus redes sociales para despedirse del que fue su pareja y gran amigo. "Llevo tu esencia en mi corazón. Contigo se me abre la herida, se me va una parte de mi vida”, ha escrito la cantante refiriéndose al cómico como un “genio inigualable” y llamándole "compañero, maestro y amor". La cantante ha recordado que creció a su lado y la llenó de "sabiduría y felicidad". "Contigo aprendí de la belleza verdadera, de la facilidad de saborear la vida sin descansos, sin normas”, escribía.
Pero si había una presencia esperada en este tanatorio era la de Pablo Motos. Juntos compartieron momentos televisivos inolvidables. Y al enterarse de su fallecimiento, que le pilló por sorpresa, no dudó en acudir a dar el último adiós a la familia de Quique acompañado por su mujer, la productora Laura Llopis.
"Sí, la verdad es que estoy muy emocionado. Estamos desolados, estamos hechos polvo. Era el más grande y se ha ido y ha vivido como ha querido", reivindicaba tras abandonar un velatorio "lleno de amor y de cariño por un tío único".
"Yo estoy muy orgulloso de él. He aprendido muchísimo de él y todos le queríamos mucho. "Pasará mucho tiempo hasta que haya uno como él. Éramos como hermanos. Él era el gamberro y yo el que se llevaba las collejas. Lo pasamos muy bien juntos", manifestaba a la prensa allí presente.
Además de Pablo Motos, Lolita Flores o Emma Suárez, en el Tanatorio Norte de Madrid también se ha visto a otros amigos populares de San Francisco como María Barranco, Gabino Diego, Pipi Estrada, Santi Carbones o Adolfo Suárez Illana.