Santiago Segura sufre un aparatoso accidente y termina en el hospital: "Me desperté en un charco de sangre"

Santiago Segura se encuentra recuperando de un aparatoso accidente que sufría hace tan solo unos días. El actor y director ha querido hacer pública esta noticia a través de sus redes sociales para concienciar a sus seguidores de los peligros que puede ocasionar el estrés y la ansiedad en el trabajo. Después de frenéticos días de trabajo, el cineasta acabó en el hospital tras perder el conocimiento.

El madrileño ha querido disculparse por compartir la desagradable imagen que ha publicado en su perfil, la cual ha decidido sacar a la luz para hacer ver al mundo que "la vida de 'los famosetes' no es siempre maravillosa, y de color…".

"El rodaje de “Padre no hay más que uno 3” ha sido especialmente complicado, la sexta ola ha traído cambios de plan, parones, retrasos e incluso la baja de algún miembro del reparto por el maldito coronavirus. La presión, la ansiedad y la tensión acumulada pasaron su factura el viernes pasado", relata el reconocido guionista.

"Perdí el conocimiento en el cuarto de baño y me reventé la oreja contra el suelo (o contra algo, cuando caes redondo de un desmayo ni te enteras…). Me desperté en un charco de sangre", asegura mientras revela que le tuvieron que dar "doce puntos" de sutura. "Lo bueno es que, tras salir del hospital, pude llegar al rodaje y continuarlo esta semana, hoy me han quitado los puntos y mañana y pasado actuaré en Alicante con Flo y con Mota", dice en un mensaje tranquilizador.

A pesar de encontrarse fuera de peligro, Segura no ha podido evitar parase a pensar en lo que hubiese podido suceder si hubiese caído de otra forma. "Todo bien. Aunque no puedo olvidar que si en vez de amortiguar el golpe con la oreja, hubiese caído sobre la nuca o la sien, quizás no estaría aquí contándolo", dice reflexionando sobre la caída provocada tras una situación de trabajo límite.

El actor, que ha recibido cientos de comentarios por parte de compañeros y amigos de profesión, no ha podido evitar finalizar su relato con una moraleja y una pequeña advertencia o consejo a sus seguidores: "disfrutad de la vida, que cualquier día, puede ser el último. Ah, y vigilad el estrés y la tensión, ¡son armas mortíferas!".