Cüneyt no está dispuesto a dejar escapar a Ferhat y Asli y tras los últimos acontecimientos decide volver a la carga. Acompañado de sus hombres se presenta en el hotel en el que están alojados. Afortunadamente, la rápida intervención del recepcionista del hotel impide que los encuentren en la habitación del hotel aunque es incapaz de evitar que se produzca un tiroteo y les persigan por todas las instalaciones. Lo que no imagina Cüneyt es que uno de los asaltantes le dará a Ferhat una pista que podría ser clave para descubrirlo. Las manchas de la tiza del billar en los dedos de uno de ellos puede llevarles hasta él.
Asli y Ferhat no son los únicos que estarán en peligro esa noche. Siguiendo también órdenes de Cüneyt, otro grupo de matones asalta la casa de la familia con la única intención de formar alboroto.
Aunque todavía le cuesta hablar de sentimientos con Asli, después de la difícil noche que han vivido, Ferhat aprovecha que la cirujana está dormida para declararse. "Tú me dijiste que vivo en un mundo en el que desconozco el idioma. Cierto. Nunca he tenido ni tiempo ni oportunidad de aprenderlo. Ha habido muchas mujeres en mi vida pero estaban de paso. Me miraban y se enamoraban porque soy duro y fuerte. Eso era de lo que se enamoraban. Pero tú te enamoraste de mi peor parte y de mi debilidad. Yo toqué tu cabello y tus mis recuerdos. Yo besé tus labios y tú mis heridas. Dijiste, conozco a las personas por sus heridas. Bravo por ti doctora. Lo conseguiste. Lo has conseguido. A veces tienes el corazón roto pero no te enteras. Cuando era niño, un día me caí y me rompí un brazo. No me enteré hasta que alguien me dijo que lo tenía roto. El dolor de un hueso roto lo sientes más tarde. Con el corazón pasa igual. Lo sientes cuando alguien te pone un espejo delante. Ni siquiera sabes que tienes el corazón roto. ¿Se puede vivir con un corazón roto? Deberías saberlo. Gracias. Algún día te podré decir esto cuando estés despiertas. Estas palabras suenan ridículas en alguien como yo".
Tras su salida del calabozo libre de cargos, Yeter tiene asuntos pendientes y no piensa regresar a casa sin resolverlos. Consciente del odio que siente Idil hacia ella y que no parará hasta echarla de la casa, la madre de Ferhat contraataca. Y lo hace con una jugada maestra. Convencida de que el aborto de Idil no fue responsabilidad suya, Yeter habla con la ginecóloga que la atendió y confirma sus sospechas. Idil no perdió el bebé, abortó voluntariamente. "No quería tener el bebé, no quería casarse con el padre y no podía hacerse cargo del bebé y abortó".