El fotógrafo que hizo hombre a Harry Potter

divinity.es 13/08/2010 12:05

Si hay algo que no tiene precio en el mundo de la fotografía de celebrities y de la moda es el sentido del humor y la crítica. Dos cualidades que por fortuna encontramos por partida doble en los nuevos números de las revistas Out y Vogue Italia. Los culpables de sus portadas son el divertido Terry Richardson y el veterano y ácido Steven Meisel. El primero retrata a Daniel Radcliffe, famoso por sus interpretaciones en la saga Harry Potter, con una pareja inesperada: una travesti que le gana en altura por bastantes centímetros. Mientras que el fotógrafo oficial de la publicación italiana muestra a la modelo Kristen McMenamy, de 45 años, como una sirena que agoniza por culpa de un vertido de petróleo.

Hace tiempo que Daniel Radcliffe se ha convertido en un icono para el público gay. Las fotos difundidas de él por la edición digital de Out nos encantan por la divertida pareja con la que Richardson ha retratado al mago más famoso del cine. Una sesión de la que también le vemos imitando al propio fotógrafo al posar con sus famosas gafas.

Como suele suceder en los trabajos que firma el autor en las fotos no vemos ni rastro de retoque digital. Lo que si vemos es la potente iluminación frontal que suele utilizar el autor. Un rasgo que le da a sus imágenes un aspecto duro y contrastado, más propio de las fotografías que a uno le hacen en una fiesta nocturna que en una sesión de estudio. Pero la foto que verdaderamente nos ha cautivado de Daniel Radcliffe es el retrato con el que aparece en la portada de Out.

El actor aparece sin el aura de estrella que suele acompañarle. Richardson lo muestra como si se tratase de un tipo que te puedes encontrar en un bar un sábado por la noche –el potente flash siempre le da a sus fotos un aura nocturna-. A pesar de que la imagen puede resultar relativamente simple se nos antoja que tiene más significados ocultos de lo que parece. La chaqueta abierta por un lado mostrando el vello y la seria expresión de Radcliffe indican que el modelo ha dejado de ser definitivamente un jovencito.

Y es que el un punto macarra del estilo de Richardson hace que el retratado pueda ser considerado oficialmente un objeto de deseo sexual. Que es de lo que va todo esto. Pues la foto de ese hombre de mirada penetrante logra borrar de un plumazo cualquier recuerdo de aquel niño con gafas y una varita mágica. Aunque no conocemos todo el reportaje da la impresión de que el fotógrafo ha cumplido con el encargo sólo con esa imagen, dedicándose el resto del tiempo a divertirse en el estudio con esa pareja disparatada.

Una crítica amarga

Algunos han acusado de cínico a Steven Meisel por mezclar dos cosas como la moda y un desastre ecológico en un reportaje de fotos. A nosotros nos parece que el fotógrafo oficial de Vogue Italia más bien que ha hecho una crítica amarga a unas cuantas cosas, no sólo a los desastres medioambientales. Algo que también vimos en su reportaje del año 2006 State of Emergency. En él varias modelos aparecían retratadas como terroristas.

Si entonces aquellas impactantes imágenes venían a decirnos que costaba ver a una bella mujer como una amenaza social en potencia -destapando así ciertos clichés-, ahora pone el dedo en la llaga mostrando como víctima de una catástrofe medioambiental a Kristen McMenamy. Que la modelo tenga 45 años –una edad que se sale de todos los cánones que imponen las publicaciones de moda- parece querer decirnos que ese petróleo que la rodea puede ser una metáfora de cierto orden de cosas.

El líquido viscoso y negro se nos antoja como un símbolo de aquellas pesadillas que suplantan en algunas ocasiones a los sueños cuando la juventud desaparece. Y es que la agonía de esa sirena madura puede también ser vista como la ansiedad de algunas mujeres al alcanzar cierta edad. ¿Es creíble hacer crítica social en una revista de moda como hace Meisel? En la mayoría de los casos no, pero esa clase de trabajos del fotógrafo estadounidense tienen la virtud de suscitar preguntas. En cualquier caso lo más importante de esas fotos, metáforas aparte, son la creatividad desplegada por su autor en la puesta en escena, que nos parece brillante.