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El método curly está causando furor en los últimos tiempos. Siguiéndolo, se deja atrás el uso de aparatos eléctricos de calor que pueden dañar nuestro cabello y se apuesta por el rizo natural y por su cuidado. Lo cierto es que cada vez son más las personas que deciden decir ‘no’ a las tenacillas y a las planchas para optar por métodos más naturales. Es por eso que una buena opción serán objetos que nos encontramos por casa pero, ¿cuál es el utensilio de cocina que usan las curlys para su cabello?
Tu aliado para conseguir unos rizos espectaculares no será más que un colador de acero, de esos de todos la vida, de los que usamos para colar la pasta. Debes saber que se utilizará de igual forma que hacemos con el difusor. Eso sí, no se tendrá que colocar en el secador del pelo, sino que tendrá que ir puesto como un sombrero. Sí, aunque la imagen puede ser especialmente cómica, estamos seguras de que esta técnica definirá aún más tus rizos.
Para llevar a cabo el procedimiento, la melena debe estar húmeda. De esta forma, nos quedarán unos rizos definidos y bonitos y, sobre todo, de una forma económica y sencilla.
El objetivo será preservar el rizo de los daños de los sulfatos, unas sustancias que están presentes en los champús y las espumas. De esta manera, el pelo se mantendrá hidratado y no se perderá la forma ni se encrespará. Tampoco se resecará.
Para realizar el método curly será muy importante lavar bien el pelo. Antes de comenzarlo habrá que hacerlo con un champú con sulfatos para eliminar todos los residuos y las silicona. Luego, deberás optar por un acondicionador. Será de vital importancia aplicar una mínima cantidad del producto y pasarlo por el pelo con la mano como si fuera un peine.
El último paso se centrará en aplicar un activador de rizos que ayude a definirlos y fijarlos correctamente. También, podremos poner la cabeza boca abajo, presionando los mechones de puntas a raíz contra el cuero cabelludo.
Otra de las partes más importantes será el secado. Para ello, podemos seguir varias técnicas, como es del escurridor de pasta o el tradicional difusor. En este paso se recomienda que la temperatura no sea muy elevada.