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Ana Molina y Alejandra Reolid, dermatólogas: “El champú seco no sustituye a un lavado tradicional”

Verdades y mentiras del champú seco. Cordon Press
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El champú seco se ha convertido en un imprescindible para muchas personas jóvenes que buscan soluciones eficaces para alargar el tiempo entre lavados sin renunciar a un pelo con buen aspecto. Es práctico, rápido, eficaz y es fácil tenerlo siempre a mano, virtudes que lo convierten en un gran aliado si se usa con sentido común, pero es importante saber qué es exactamente este producto, cómo funciona y qué opinan los expertos sobre su uso.

Según explica la doctora Ana Molina, dermatóloga, el champú seco es “básicamente talco con perfume”. Es decir, un polvo formulado para absorber el exceso de grasa del cuero cabelludo y la raíz del cabello, logrando que el pelo se vea más limpio y fresco sin necesidad de usar agua, aunque no llega a limpiarlo de verdad. Su función principal no es limpiar, sino disimular el aspecto graso y aportar una sensación de frescor inmediato.

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La clave para sacarle todo el partido a este cosmético está en entender que no sustituye al lavado real, sino que lo complementa. Elegir uno con fragancia suave, aplicarlo correctamente y usarlo con moderación marcará la diferencia entre un truco beauty inteligente y un problema capilar a largo plazo.

El champú seco no limpia el cuero cabelludo

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Tanto la doctora Molina como la doctora Alejandra Reolid, coinciden en que el champú seco no limpia el cuero cabelludo, solo absorbe la grasa superficial, por eso no sustituye a un lavado tradicional con agua y champú. Es un recurso puntual, no un hábito de higiene capilar.

En líneas generales, es adecuado para todo tipo de cabello, aunque con matices. En el cabello graso puede ser un gran aliado en el día a día para espaciar los lavados y controlar el exceso de sebo, en cambio, en el pelo seco o sensible se recomienda usarlo solo de forma ocasional, en situaciones de emergencia, ya que podría resecar aún más la fibra capilar.

Cómo usar el champú en seco correctamente

La aplicación es clave para obtener un buen resultado y evitar efectos indeseados. La doctora Molina aconseja agitar bien el envase antes de usarlo, pulverizar a unos 20 centímetros de distancia y directamente en la raíz, esperar unos segundos para que el polvo absorba la grasa, a continuación, masajear suavemente el cuero cabelludo y finalmente cepillar bien el cabello para repartir el producto y eliminar posibles residuos blancos.

Un truco interesante es usarlo por la noche, porque aplicado antes de dormir, el champú seco puede actuar durante horas y a la mañana siguiente el pelo se nota más fresco, con volumen y movimiento natural.

Ventajas y desventajas del champú seco

Entre sus puntos fuertes, la doctora Reolid destaca su rapidez y comodidad, el aporte de volumen y textura, y su capacidad para prolongar el tiempo entre lavados. Apunta que es ideal para días con poco tiempo, viajes, después del entrenamiento o para imprevistos de última hora.

Sin embargo, también tiene puntos débiles importantes. El principal es que no limpia y, si se usa con demasiada frecuencia, puede provocar acumulación de residuos. Esto podría obstruir los folículos y causar picor, irritación o caspa e incluso en los casos más extremos, debilitamiento del cabello y hasta su caída si no se retira correctamente con un lavado tradicional. Además, quienes tienen dermatitis o cuero cabelludo sensible, deben consultar a su dermatólogo antes de usar este tipo de champú.

Cada cuánto es recomendable usar champú seco

Ambas expertas coinciden en que el champú seco no debe usarse a diario. Lo ideal es recurrir a él una o dos veces por semana, solo cuando sea necesario, y siempre retirarlo después con un buen lavado con agua y champú. Utilizarlo como estilo de vida no es recomendable para la salud del cuero cabelludo.

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