Cepillo alisador o plancha del pelo: consejos básicos para saber cuál elegir

  • Ambos sirven para dejar el pelo brillante y sedoso pero cada uno tiene sus ventajas e inconvenientes

  • Desde para qué se utiliza cada uno hasta para cuando usarlo pasando por cuál le conviene a cada tipo de pelo, esto es todo lo que necesitas saber para escoger la opción correcta

Hasta hace relativamente poco, entre nuestras herramientas de belleza capilar solo se encontraban el secador, la tenacilla o rizador y la plancha de pelo. Pero desde hace un tiempo a estos tres elementos se les unió el cepillo alisador, que ahora se ha puesto de moda y no falta en los cajones beauty de toda influencer que se precie. Y dentro de él, ante su llegada la plancha de pelo no ha podido hacer más que temblar.

El cepillo alisador, como su nombre indica, alisa el pelo, función que cumple la plancha de pelo, por lo que para muchos se ha convertido en su principal competidor. Pero, aunque algo de razón tiene esta afirmación, no es del todo correcta. Y es que, a pesar de que parece un instrumento sencillo y sabemos para lo que ha sido concebido, todavía quedan muchas dudas por resolver en torno al cepillo alisador. La primera de ellas, ¿sustituye a mi plancha? No exactamente, porque cada uno alisa el pelo a su manera y tiene diferentes resultados en función del tipo de pelo. En definitiva, no hay por qué elegir entre uno u otro, sino que se pueden combinar. Pero esto es lo que tienes que saber cuándo tienes que elegir la plancha de pelo y cuándo el cepillo alisador y cuándo este puede realmente sustituir a la plancha.

Plancha de pelo

Es, quizás, el instrumento de belleza que más conocemos y que muchas usamos prácticamente a diario. Pero hay que hacerlo siempre con un protector de calor porque la plancha de pelo alcanza altas temperaturas (la máxima 200 grados) y gracias a eso con ella se pueden hacer peinados muy distintos, desde alisar completamente el pelo hasta crear ondas y tirabuzones. Y da igual el tipo que sea, liso o rizado, más o menos denso y voluminoso, el calor hará el resto y solo variará el tiempo que necesitemos emplear para conseguir el resultado deseado según nuestro pelo.

En cuanto al uso de la plancha de pelo, se recomienda cepillar y desenredar bien la melena para que la plancha pueda deslizarse correctamente y que el alisado o las ondas sean perfectos, pues se podrán separar mejor los mechones. Nunca se debe planchar el pelo húmedo o mojado, ya que se estropeará la plancha de pelo pero también nuestro cabello, que, literalmente, se freirá. Es decir, perderá toda su humedad e hidratación secándose y debilitándose la fibra capilar.

Para que los resultados sean mejores, se recomienda el uso también en casa de una plancha de pelo profesional. Estas suelen estar formadas por placas de cerámica, que además de tratar mejor al pelo y dañarlo menos, permite obtener mejores resultados, más brillantes, suaves y duraderos. Una opción son las planchas de Ghd, como esta que hizo famosa a la firma en las peluquerías. Alcanza los 185ºC y cuenta con placas de cerámica y es apta para todo tipo de cabello. Además cuenta con auto off después de 30 minutos de inactividad. Cuesta 139 euros.

Otra opción es esta de Braun, también de placas cerámicas y que adapta automáticamente la temperatura. También se puede personalizar el peinado según el tipo de pelo, su grosor y variar la velocidad. Está disponible por 55,99 euros.

Cepillo alisador

El cepillo alisador es básicamente eso, un cepillo. Pero este como tal no sirve para cepillar el pelo sino para domarlo y darle forma. También funciona con calor, igual que la plancha de pelo, pero no lo libera de forma continua y no a tan alta temperatura por lo que daña menos el pelo.

Su principal función es la de eliminar el encrespamiento, el frizz y la electricidad estática del pelo, dejando el cabello con un liso muy natural. Así que si esperabas obtener un liso perfecto, definitivamente, esta no es tu herramienta. Por eso, no está recomendado para los cabellos más rizados, ya que apenas se notará diferencia.

Para que el cepillo alisador funcione correctamente, habrá que cepillar el pelo previamente con un cepillo o peine tradicional para poder conseguir el mejor resultado. Este debe deslizarse despacio desde casi la raíz hasta la punta, tomando un mechón ancho cada vez, como haríamos para planchar el pelo. Después, veremos cómo el encrespamiento ha desaparecido y queda el pelo con un liso uniforme pero con movimiento y volumen, y las puntas curvadas.

Aunque muchas son las firmas que cada vez más se apuntan a la moda del cepillo alisador, el de Ghd, disponible por 126,65 euros, es uno de los más valorados por las opiniones. Según estas, deja el pelo brillante y con volumen, de aspecto sano y bastante liso, además de conseguirlo rápido.

También hay otros tipos, como este de Rowenta, que está recubierto de cerámica y cuenta con tres cabezales diferentes y seca el pelo mientras lo moldea. Está disponible por 99 euros.

Mejor cepillo alisador

Después de conocer las características y el funcionamiento de la plancha y el cepillo alisador más a fondo, será mejor optar por el cepillo alisador para un uso diario, caso en el que desbancaría a la plancha de pelo, por lo de que da un aspecto más natural y no un planchado tan excesivo. Por eso también es rápido, pues no necesita perfeccionarse cada mechón para no arruinar el resultado, sino dar un aspecto uniforme. Además, es una herramienta clave si se tiene el pelo fino porque aporta volumen y daña menos el pelo. Y para los cabellos lisos, pues dará más movimiento al aspecto lacio que suelen tener de forma natural.

Mejor plancha de pelo

La plancha de pelo entonces es mejor utilizarla para imperfecciones concretas del peinado o en ocasiones más aisladas, ya que esta alcanza temperaturas muy altas y daña más la fibra capilar. Eso sí es básica para conseguir estilismos más perfeccionados, especialmente el pelo liso pero también las ondas, ya que el cepillo es más pesado por la parte de arriba, por lo que, aunque deje las puntas en curva, no será la herramienta más indicada para hacerlas. Por eso, es la herramienta clave para las melenas rizadas, y es que estas precisan de calor para domarse (y más de una pasada).