La Gua Sha se lleva: tutorial para saber usar esta técnica facial y conseguir resultados profesionales

  • Este masaje sirve para eliminar toxinas, promueve el drenaje linfático y retrasa el envejecimiento de la piel

La Gua Sha es una técnica de masaje facial que se realiza con una piedra de jade o cuarzo rosa especialmente diseñada para adaptarse al rostro y que ayuda a drenar líquidos, estimular la circulación sanguínea y promover la producción de colágeno con el fin de mejorar la apariencia de la piel, difuminando arrugas y líneas de expresión.

El origen del Gua Sha hay que situarlo en la medicina tradicional china en la que tan importante es la técnica del masaje como que éste se realice con un material determinado que en este caso es el cuarzo rosa o el jade.

Entre las propiedades holísticas del cuarzo rosa destacan su capacidad para eliminar las células muertas de la piel, para dar firmeza, relajar los músculos de la cara y aportar luminosidad al rostro. En cuanto al jade, además de servir para eliminar toxinas, promueve el drenaje linfático y ayuda a retrasar el envejecimiento.

Hay que tener en cuenta tres reglas básicas antes de practicar el masaje facial con la Gua Sha: es imprescindible aplicar en la piel un aceite o crema super hidratante que ayude a realizar movimientos suaves con la piedra y es fundamental practicar en todo momento movimientos ascendentes. El Gua Sha sigue las reglas del masaje linfático en el que los movimientos deben ir en una sola dirección, siempre ascendente y no de ida y vuelta, para estimular el drenaje evitando irritaciones.

Algunas vips que llevan tiempo utilizándolo, entre ellas las modelos Miranda Kerr, Eugenia Silva o Romee Strijd, han encontrado en el Gua Sha una herramienta mágica para aliviar el estrés, pero también un truco de belleza que ayuda a levantar los párpados, difuminar las arrugas, reducir las bolsas de los ojos o luchar contra la flacidez.

Al ser un masaje relajante para el que se necesita algo de tiempo es recomendable practicarlo antes de acostarte y con la cara limpia, aunque nada impide hacerlo por la mañana si tienes un rato para ti. Antes de empezar con la piedra es necesarui hidratar la piel con un aceite esencial, un serum o una crema, según las necesidades de tu piel. Los movimientos deben ser firmes pero suaves y si has preparado la piel, notarás que la piedra resbala por el rostro con facilidad.

Utiliza la parte plana de la piedra para masajear las mejillas: realiza tres pasadas desde la nariz hasta la parte alta del pómulo, a continuación, haz el mismo movimiento desde la comisura de los labios hasta el lóbulo de la oreja. A continuación, realiza tres movimientos ascendentes en la frente, desde el puente de la nariz hasta la raíz del pelo. El masaje sigue en la zona de los ojos, para ello coloca en el párpado los dedos índice y corazón y pasa la piedra desde la cuenca del ojo, por encima de la ceja y a lo largo de la frente hasta la raíz del pelo.

Continúa con la parte redonda de la piedra para realizar el masaje bajo los ojos, desde el lagrimal hasta la sien. Finalmente, coloca la piedra por la zona en la que se forma el corazón para masajear hacia abajo el puente de la nariz y todo el contorno de la mandíbula. Termina con el cuello masajeando desde la clavícula hasta el hueso de la mandíbula.

Con este masaje conseguirás estimular los músculos de la cara con el fin de estimular la producción de colágeno y conseguir un efecto lifting.