Adiós al pelo seco y encrespado: mascarillas caseras para dar vida al cabello

  • Las mascarillas caseras ayudan a hidratar, evitar el encrespamiento y reparar las puntas abiertas

Muchas rutinas de belleza encuentran sus mejores aliados en la cocina y eso es exactamente lo que ocurre cuando necesitas hidratar el cabello. No se nos olvida esa imagen de Julia Roberts con una mascarilla de mayonesa en su melena pelirroja y si te preguntas por qué su personaje de “Elegir un Amor” usaba esa salsa para nutrir su cabello, la respuesta está muy clara: el huevo y el aceite son un chute de hidratación para el pelo.

Hay muchas otras mascarillas caseras que ayudan a hidratar y evitar el encrespamiento en el cabello, a reparar las puntas abiertas, devolverle el brillo que ha perdido o controlar el exceso de sebo. Basta tener a mano ingredientes como leche, fresas, limón, miel, aguacate, huevo o aceite y disponer de un rato para dedicarlo a tu cabello.

Mascarilla de aguacate y aceite de almendras

Un pelo seco necesita un aporte extra de nutrientes que ayude a hidratarlo y repare las puntas abiertas. Puedes hidratarlo con una mascarilla elaborada con un aguacate maduro y una cucharada de aceite de almendras. Deja actuar la mascarilla durante 15 minutos y a continuación lávalo con champú y acondicionador.

Por una parte, el aguacate es rico en vitamina A, cuyo déficit provoca la sequedad del pelo, vitamina B, que aporta brillo y vitalidad y E, que tiene efectos antioxidantes. Por otra, el aceite de almendras tiene altos niveles de proteína, ácidos grasos omega-3 y vitamina E, que ayudan a hidratar, nutrir, reparar el cabello seco y las puntas abiertas.

Mascarilla de huevo y aceite

Esta mascarilla para pelo seco es una especie de mayonesa que se elabora con 2 cucharadas de aceite de oliva y la yema de un huevo. Si queda demasiado pastosa, puedes añadir agua para hacer la mascarilla más manejable. Se bate hasta hacer una especie de mayonesa, se deja actuar unos 30 minutos y a continuación se lava el cabello con normalidad.

El aceite de tiene un alto contenido en polifenoles y vitamina E, potentes antioxidantes que ayudan a hidratar la fibra capilar y en vitamina C, que potencia la producción de colágeno. En cuanto a la yema de huevo, contienen proteínas y grasas que sirven para humectar la fibra capilar.

Mascarilla de fresas y aceite

Si tienes el cabello seco y fino, un buen remedio es hacerse una mascarilla con una docena de fresas y una cucharada de aceite de oliva, de almendras o de coco. Basta machacar las fresas y mezclarlas con el aceite, aplicar de la raíz a las puntas y dejar actuar unos 20 minutos. A continuación, lava el pelo con champú y acondicionador.

Las fresas son ricas en fosfolípidos, ceramidas y esteroles con alto poder hidratante y reparador también en antioxidantes, omega-3, cobre y magnesio, que evitan el adelgazamiento del pelo. Por su parte, cualquiera de los aceites propuestos contribuye a hidratar y nutrir en profundidad.

Mascarilla de leche, miel y yema de huevo

Si tienes el cabello seco y opaco, puedes aportarle brillo al tiempo que lo hidratas. Para elaborar esta mascarilla necesitas una taza de leche, dos cucharadas de miel y una yema de huevo. Bate la yema y añade poco a poco la miel y la leche. Aplícalo sobre el cabello húmedo y deja que actúe durante 20 minutos. A continuación, aclara con agua tibia, no caliente o te arriesgas a que la yema se convierta en tortilla y lava el cabello con champú y acondicionador.

Las proteínas de la leche, caseína y proteína de suero fortalecen el cabello dañado, además aporta vitamina B12, que aporta nutrición al folículo piloso, vitamina A, que mejora su textura y evita su caída y vitamina B2, que interviene en el proceso de regeneración celular. En cuanto a la miel, aporta brillo, nutrición y estimula la producción de queratina que aporta brillo y reestructurar el cabello.

Mascarilla de clara de huevo, miel y limón

El cabello graso, igual que la piel, necesita hidratación, es decir, aporte de agua y no de grasa. Para este tipo de pelo, lo ideal es hacer una mascarilla con una clara de huevo, dos cucharadas de miel y el zumo de un limón. Aplica la mascarilla y déjala actuar 20 minutos, aclara con agua tibia y lava con normalidad.

La clara de huevo ayuda a controlar la producción de sebo y al mismo tiempo nutre el cabello. En cuanto al limón, tiene propiedades purificantes que ayudan a arrastrar el exceso de grasa y retrasa su aparición.