Las bases de maquillaje en polvo serán un 'must' en tu neceser este otoño: aprende a elegir la tuya

  • Las bases en polvo entran en la categoría de poco cubrientes y están especialmente indicadas para pieles mixtas y grasas

  • Entre las ventajas que ofrecen estas bases destacar el tipo de cobertura y la comodidad de aplicación

  • Para elegir una base de maquillaje hay que tener en cuenta el tono, el tipo de piel y el acabado que se busca

Las bases de maquillaje en polvo, ya sea en formato polvos sueltos o compactos, han vuelto a encontrar un hueco en los neceseres de las beauty adictas más exigentes porque permiten conseguir el deseado efecto buena cara, con un acabado natural de la piel que en nada se parece al efecto acartonado que dejaban hace unos años.

Para elegir una base de maquillaje hay que tener en cuenta no solo el tono, que debe ser el más parecido al color natural, también es importante el tipo de piel (mixta, seca o grasa) un factor determinante para elegir una u otra textura (suelta o compacta) y acabado (matificante o iluminador) que se busca.

Las bases en polvo entran en la categoría de poco cubrientes y están especialmente indicadas para pieles mixtas y grasas, pues ayudan a controlar los brillos, aunque no tienen por qué ser descartadas por quienes tienen la piel seca pues existen formulaciones específicas para ellas.

Entre las ventajas que ofrecen las bases de maquillaje en polvo hay que destacar el tipo de cobertura, más o menos natural según los gustos, y la comodidad de aplicación.

La elección del tono

La función de una base de maquillaje, también la del formato en polvo, es unificar el tono y dar al rostro un acabado fresco, por eso dar con el tono correcto es el primer paso para conseguir un maquillaje natural. Lo ideal es encontrar un color que se funda con la piel, ni uno por encima que broncee el rostro, ni uno por debajo que le de una apariencia más pálida.

Parece sencillo, pero es importante antes de comprar probar la base de maquillaje en el rostro y no en la mano o en la muñeca, para comprobar que ambos tonos se funden perfectamente.

También debes tener en cuenta que en verano deberías cambiar el tono de los polvos porque el color de la piel bronceada no tiene nada que ver con el de tu piel en otoño o invierno.

Polvos sueltos frente a polvos compactos

Si te has decidido por una base de maquillaje en polvo, el siguiente dilema que tienes entre manos es si quieres unos polvos sueltos o compactos.

Los polvos sueltos tienen una textura muy fina y se aplican con una brocha grande para que queden repartidos por todo el rostro. Se suelen utilizar encima de una base de maquillaje líquida para matificar brillos en ciertas zonas del rostro.

Los polvos compactos son el sustituto perfecto de una base de maquillaje líquida. Se pueden aplicar con brocha o esponja, dependiendo de la cobertura deseada, y son comodísimos para llevar en el bolso por si necesitas un retoque a lo largo del día. Entre sus ventajas destaca que unifican el tono proporcionando un acabado natural y duradero.

El tipo de piel

El tipo de piel, mixta, grasa o seca, será otro de los factores que determinen el tipo de base de maquillaje en polvo que debes elegir. Para las pieles secas y mixtas lo ideal es apostar por polvos compactos de acabado mate, para que ayuden a controlar el exceso de brillos.

Las pieles secas también pueden beneficiarse de las ventajas de las bases en polvo, aunque lo ideal es elegir una con efecto iluminador y aplicarla en el rostro tras una buena hidratación.

El tipo de acabado

Lo primero que se pide a una base de maquillaje en polvo es que unifique el tono, pero este es solo el principio pues las firmas de cosméticos están creando fórmulas muy completas que, además, pueden contener ciertos pluses: acabado mate, con factor de protección, con activos antienvejecimiento, con partículas iluminadoras… Elige la que encaje con las necesidades de tu piel.

Cómo aplicar la base de maquillaje en polvo

Si la elección de la base de maquillaje en polvo es importante para un resultado profesional, la manera de aplicarlo es el otro factor determinante y será diferente si se trata de una piel seca o de una piel grasa.

En cualquier caso, es imprescindible seguir una rutina de belleza que incluya serum y crema hidratante antes de pasar al maquillaje y tratándose de una base en polvo, la exigencia es aún mayor.

Si utilizas una brocha, recuerda sacudir el exceso de polvos antes de aplicarlo en la cara con movimientos circulares. Si eliges una esponja, coge el producto en pequeñas cantidades para no cargar la piel y acentuar las líneas de expresión.

Si tienes la piel grasa, aplica la base en polvo incidiendo en las zonas del rostro en la que suelen aparecer brillos como frente, mejillas y barbilla. Si tienes la piel seca, cuidado con extender el producto en las zonas en las que se forman más arrugas como el contorno de los ojos y de los labios.