Bombín, bastón y descaro: desmontando a Alex O'Dogherty en 'The Hole II'

divinity.es 16/05/2014 10:03

A O'Dogherty, su personaje "le ha salvado la vida". Lo dice con un punto de nostalgia. Y de exultante optimismo. A la vez. Así es The Hole 2. Allí reina su alter ego, un tipo descarado, irónico, desinhibido y sensible que se enamoró de la rata María del Mar, el amor de su vida, y ahora debe reponerse al desamor. A la pérdida y al desencanto. ¿Cómo? "Saliendo ahí y amando sin preocuparse de lo que dure". Y, de paso, haciendo "reír y estremecerse" a los espectadores. Quedamos con O'Dogherty en su camerino para que nos cuente cómo se construye durante más de 500 funciones un personaje tan especial.

El espectáculo es pura adrenalina. Si en 'The Hole 1', obra creada por Paco León a su imagen y semejanza, el lema era 'sal a la calle y vive', en esta segunda parte, escrita por O'Dogherty, la tesis tiene un matiz. "Pensé, ¿quién necesita divertirse? Y surgió todo solo. Nuestro lema nuevo es 'sal ahí y ama sin preocuparte si va a ser para toda la vida o no'. Si lo es, estupendo. Pero si no, por lo menos disfrútalo hoy como si fuese a acabarse mañana”, nos explica este gaditano de ascendencia irlandesa. Estamos en su camerino. Hay una careta de rata en el espejo. Mucha pintura negra para los ojos. Un bombín gris. El bastón con bola.

Hemos quedado con él en el teatro antes de que la compañía salga de gira por España (última función en Madrid, 2 de junio). Hay un fiestón después de la función con vips y Vinila von Bismark pinchando. Alex se acaba de vestir. Tiene sus rituales. Lleva un pantaloncito de lentejuelas con unos calcetines de baloncesto. El traje de piedras a lo Elvis está en el armario. La guitarra, con la que toca en su grupo La Bizarrería, está al fondo. A veces la toca para desenchufar un rato. Asegura que "no podría imaginarse un mundo sin música". Y lo dice muy en serio. Al salir al escenario para las fotos, no podrá evitar coger el bastón como una Fender.

Han venido a verlo miles de personas. Entre ellos, centenares de rostros famosos. Se le ocurren Casillas, Kiko Rivera o Guti: "Decíamos que era igual que su anterior pareja y claro, tuve que decirlo sabiendo que él estaba en el público. Fue un momentazo", dice riendo. También se ha atrevido algún político, como Esperanza Aguirre, a pesar de que la obra tiene una ácida crítica social y su gremio no salen muy bien parado: "Estaba más pendiente de su teléfono que del espectáculo”, explica con intención. ¿Qué personaje le gustaría que viniese? Lo duda un poco y luego dice: "Lenny Kravitz estaría bien".

Nos remangamos para 'desmontar' su personaje, que tiene referencias que van desde la Naranja Mecánica a Freddie Mercury. Todo con mucha fuerza simbólica, muchas referencias oníricas. También hay un juego sensual entre testosterona y feromonas. Pero, entre otras muchas cosas, acabamos hablando de cómo hacer que el público haga lo que tú quieras y de cómo su personaje, "por la época que me ha tocado vivir", explica con un punto misterioso, le ha "salvado la vida". Ahí es nada:

¿Cómo fue el proceso de crear a tu personaje?

Creamos el personaje Paco, Edu Casanova y yo, con un maestro de clown. Nos metimos tres días a experimentar a ver qué salía. Poniéndonos unas cosas y otras. Y casi desde el principio elegí el bombín, las medias, el liguero, las hombreras de rugby, el pantalón corto de lentejuelas…

¿Qué le has puesto de ti?

The 'Hole 1' lo creó Paco León a su imagen a semejanza. Luego estuvo Edu Casanova y llegué yo al mes, así que tuve que llevar a mi terreno al personaje. ¿Cuál era mi terreno? Pues partir de su lado canalla y deslenguado pero sin llegar a ofender y ser soez… añadiéndole un punto de humor irónico, pero todo más acentuado hacia un lado más descarado.

¿El bombín también es 'made in O'Dogherty'?

Siempre he sido muy de sombreros y sabía que uno iba a llevar. De repente apareció un bombín blanco, maravilloso, que no había visto nunca, y me lo quedé.

¿Y el maquillaje es la Naranja Mecánica?

Al principio, en ‘The Hole 1’ todo lo pensamos más en rollo cabaret. La estética de la Naranja Mecánica llegó con el maquillaje, que completaba el vestuario. ¡Venga, me pinto un ojo más que otro! Y cuando lo vimos, nos encantó. Luego ya vino, en el 2, pintarme los dos ojos, como un antifaz. Por cierto, la pintura me irrita un montón la piel de alrededor de los ojos, lo paso fatal cuando hay doble función.

Esta segunda parte tiene una estética un poco diferente al primero…

Le hemos querido dar un rollo más de revista de los años cincuenta (el 1 era más de cabaret), ese rollo Margarita Chen y el circo chino. Ha cambiado mucho la estética, y yo también tenía que cambiar, aunque ha habido unos elementos que quise mantener, como el bombín y el bastón. Los ligueros han cambiado por calcetines de baloncesto.

¿Y La chaqueta con capa es como de Elvis Preysler, no?

¡El mundo pedrería entró con la chaqueta-capa! Tiene un aire a Elvis Preysler y también a Fredy Mercuri.

¿La rata es una elemento fundamental para dar un toque turbio?

Es más que eso, es un personaje.

¿No tendrás fobia a los roedores?

(Risas) Miedo no me da. Al principio fue un poco raro, pero nos acabamos llevando bien. Hemos tenido ya dos o tras. Al fin y al cabo es un animal domesticado. En unas quinientas funciones que llevo solo me ha mordido dos veces, es un buen promedio.

La provocación también es un elemento importante…

Nunca encaré el personaje de una manera puramente sexual. No creo que el lado sexual sea algo especialmente importante en él, algo que la gente sí ve muy presente. Ni yo mismo sé qué es gay o hetero o sexual en definitiva. Ha tenido una historia de amor con una rata después de haberlo probado todo, habiéndose acostado con todo… y descubre el amor de verdad con María del Mar, su rata querida. Podría parecerlo todo. Eso era algo muy a favor. Podía parecer que te podría follar a ti, o a tu hermana o a tu padre…

¿Qué es lo más difícil y lo más fácil?

Es la misma cosa, al fin y al cabo: conseguir que la gente haga lo que quieras.

¿Lo que tú quieras?

Sí. Mi personaje controla mucho, tiene mucho peso sobre sí, es muy responsable de que la función siga adelante.

¿Y qué has conseguido que hagan, por ejemplo?

Que se desnuden.

¿Porque sí?

Sí. Por un jamón. Si presionas y lo haces bien, la gente más insospechada pierde la vergüenza y zas.

¿Y si tienes un día malo?

Te jodes. He llegado algún día llorando aquí y he pensado que no iba a poder y de repente empieza y sí puedes. A mí me ha salvado la vida este personaje.

¿Ha sido una época dura?

He tenido mis problemas, como todos tenemos. Pero es muy gratificante. Y difícil. Conseguir que alguien se ría y que se estremezca es mucha magia.

Llaman desde escena. Es hora de acabar la entrevista y concentrarse antes de la función. La trapecista, los bailarines, María del Mar hecha cantante de revista, su novio nuevo a tope de testosterona, los equilibristas... todos tienen la adrenalina a punto. Los famosos posan en el 'photocall' de fuera ante decenas de cámaras. Vienen también dispuestos a contagiarse del 'espíritu del agujero'. A jugar, a vivir una noche en pleno contacto con sus deseos ocultos y con sus ganas de reír. Antonia San Juan, Ana Morgade, Carmen Lomana o Arancha de Benito van pasando a las primeras filas.

Después del subidón final de la obra, aún quedará mucha energía para disfrutar de la fiesta vip de después, que se celebra en el propio teatro. Pincha Vinila von Bismark, con sus brazos tatuados y su aire Monroe. La sensualidad sigue respirándose en el aire, pero no contaremos más. Ya se sabe... ¡Lo que pasa en The Hole, se queda en The Hole!