Hace nada nos despertábamos con la noticia ficticia de que Jennifer López y Ben Affleck se separaban al poco tiempo de esa boda de mitad de julio. Nada más lejos de la más real de las realidades.
Los tortolitos más deseados del planeta, también como pareja ideal amén de sus divinas individualidades, se han vuelto a dar el sí quiero, por segunda vez, un mes después de su boda sorpresa en Las Vegas. Esta nueva celebración sucedía el sábado 20 de agosto en la finca colonial de Hampton Island de Ben. Ese mismo lugar en el que hace 20 años tuvieron que cancelar su primaria boda. Ahora, en 2022, la pareja ha celebrado dos fiestas consecutivas para gritar al mundo que el amor puede con todo. Y que dure lo que dure.
1. La novia. Ella. Siempre. No importa lo estrafalaria que llegue a ser a veces en sus espectáculos y eventos. En la boda del día 16 de julio estaba perfecta, con sus dos looks. Y en esta volvía a estar bella y espectacular con su vestido blanco sin escote, una gran cola multicapa y un velo eterno de tul. También eran perfectos su melena natural suelta y un simple semi recogido superior para portar el velo.
2. El novio. Él. Que no puede estar más guapo según pasan los años. Optó por un tuxedó clásico de pantalón negro y chaqueta blanca. Al más puro estilo traje de fumador de los años 50. Dandy.
3. La fiesta que ellos querían, con todos los invitados cumpliendo del dress code ‘total white’ que deseaban los novios. Nunca un blanco prohibido en las bodas se había hecho tan divinamente protagonista.
4. La barbacoa, de alto copete, pero barbacoa al fin y al cabo, al más puro estilo tradicional americano. ¿Os imagináis a Jennifer con una hamburguesa chorreante entre sus manos? Fantasía.
5. Y el derroche de simpatía de los novios con invitados, empleados y todo el personal, según cuentan los que estaban en este fin de semana de festejo del amor.
Si lo hubo, nadie se percató. Porque nada ha podido empañar que esta pareja vuelva a unirse 20 años después para, dure lo que dure, recuperar con empeño todos estos años que el desamor les ha separado.
Que dure mucho la magia, eso les deseo a los célebres contrayentes