Aciertos y errores en una boda de día en 2025: protocolo de la vestimenta para invitadas e invitados

Os he hablado en esta columna infinidad de veces en los últimos 12 años sobre todas esas dudas que nos asaltan cuando tenemos que vestirnos de una u otra forma según las distintas ceremonias a las que acudimos.
También lo he hecho en relación a las bodas. Pero es buen momento, recién estrenado este mes de mayo, de volver a visitar y actualizar los tips para acertar cuando somos los invitados a una boda.
La diferencia la marcará siempre, eso no cambia por mucho que varíen las modas, la hora, el lugar y el propio 'dress code' si es que lo han marcado los anfitriones.
Nos vamos a regir como pauta general por la hora de la celebración. Empecemos hoy por una boda de día.
Aviso a navegantes. Somos los invitados. No somos los novios, ni los protagonistas, ni nada parecido, por mucha amistad que nos pueda a unir a los novios.
Y como base de todo, esto no cambia: no al blanco, no al largo en ceremonias de día y no al brilli brilli por mucho que se lleve. Ya nos meteremos en faena lentejuelas para las bodas de tarde/noche.
Aciertos
1. El corto se nos quedó ídem hace tiempo en los vestidos de una invitada perfecta. Pero el largo siempre está prohibido en las bodas de día salvo que una sea la madrina. El midi es el justo comodín para acertar en todo tipo de ceremonias nupciales. Valdría también para todas las horas pero en las ceremonias diurnas será nuestro talismán más preciado.
Se lo vimos en lunares XL, corte murciélago, de Garaizabal Studio, a la duquesa de Huéscar, Sofía Palazuelo, en la boda de Victoria de Hohenlohe y Maxime Corneille.

2. Una combinación perfecta para cualquier boda y casi me atrevería a decir que para todos los físicos, sería una buena blusa de escote medido y en tonos polvo o champán con una falda midi importante. Es decir, con una falda especial en su diseño, estampado o confección.
Da igual los años que pasen y las críticas que levantase en su día, el look de Rania de Jordania en la boda de nuestros reyes de España sigue siendo un must eterno. Aunque le sobrase un palmo de largo para una invitada corriente.

3. Si no optamos por vestido ni falda, una traje de chaqueta con pantalón palazzo o un buen talle alto en un pantalón con chaqueta casaca puede ser una maravillosa opción.
En rojo encendido se lo vimos a Nieves Álvarez en una boda en San Lorenzo de El Escorial.
4. Ojo con los escotes en las bodas de día. Hay algunos tan desnudos que sólo nos servirían para una fiesta. Un escote simple con tirantes finos es un estupenda elección para enseñar piel por el día de manera natural.
En romántico Toile de Jouy lo llevó María G. de Jaime, de Zimmermann, en la boda de Lucía Páramo.

5. Los chicos si fallan es porque quieren porque no hay nada más simple que un chaqué marino, si ha lugar por petición expresa de los novios a sus allegados masculinos y testigos; o si no, un traje azul marino o gris. Para los atrevidos, príncipe de Gales gris inglés con corbata azul marino o burgundy, que es el colmo de la elegancia si uno lo sabe llevar.
Errores
1. Los cortos excesivos como de party discotequera son tan ridículos como los largos de mil y una noche en las bodas de día.
Un corto terrible, en rosa buganvilla, se lo vimos a María Pombo en la primera boda de su hermana Marta.
En la segunda boda, Redondo Brand intentó salvar el look de María, en verde salvia, con un tul largo. Pero el corto primario del vestido me parecía igual de terrible que el rosa de antaño.

2. Cuidado con las lentejuelas, por mucho que nos gusten y sean ultra tendencia en las bodas desde hace unos años. Si antaño nos parecían un terror fuera de un look puramente de fiesta, hoy se han apoderado desde el sport del día a día hasta los looks de muchas ceremonias. Pero ojo en las bodas diurnas, que no es lo mismo llevar un jersey matutino con lentejuelas, que convertir este material en lo principal de un vestido de invitada de día. Lo que en unos momentos puede ser muy chic en otros te puede convertir en una tosca show - woman que bien podría salir de la tarta.
3. Lo mejor cuando se duda con las pamelas y tocados es no ponérselos. Así de claro lo digo. Lo perfecto en ceremonias de día, esto tampoco cambia por mucho que la moda lo haga, son las pamelas y los sombreros. Los tocados los dejamos para la tarde.
Pero insisto una vez más en que ambas cosas jamás se quitan de la cabeza hasta que la invitada vuelve a casa. Así que si tenemos claro que no lo vamos a soportar sobre nuestro cerebro durante toda una jornada, para qué llevarlo. Me horripila cuando las invitadas se los arrancan para dejarlos sobre las mesas y se desgreñan sin rubor.
4. Lo de ponerse tiaras y joyas en el pelo, como si de reinas se tratase, ya ni lo cuento. Esto ni de día, ni de noche. Aunque se empeñen algunas estrellas del pop cuando se van de bodorrio ostentoso y hortera.
5. Y ojo con los estampados y los complementos de otras épocas. Porque un mantón o un repollo de organza pueden ser una maravilla o dejarte como para una fiesta de disfraces de la verbena de la Paloma.
Eso les pasó, versión corta y larga, a Esperanza Aguirre y a Carla Royo-Villanova en la boda de José Luis Martínez-Almeida y Teresa Urquijo.

Pues dicho queda de nuevo. A ver lo que se pondrán algunas/os esta temporada de bodas 2025.
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