Bodas de famosos

Aciertos y errores de la boda de Cayetano Martínez de Irujo y Bárbara Mirjan

En la iglesia del Cristo de los Gitanos, donde reposan los restos de la Duquesa de Alba y casi como templo obligado para que ella estuviese presente, Sevilla ha visto hoy casarse a Cayetano Martínez de Irujo y Bárbara Mirjan. Y la flor y nata del corazón patrio se calzaba sus galas para tal ceremonia. Puede que Susana Griso colase a algún invitado escondido en su sombrero infinito.

Simona Gandolfi, Susana Griso y Paloma SegrellesCordon Press
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Y casi me da un parraque al descubrir que Paloma Segrelles, he sido su azote más salvaje durante décadas por su caótico armario, se convertía en una de las invitadas más apropiadas de esta ceremonia.

ACIERTOS

1. La novia. Su Navascués era tan simple, tan medido, tan perfecto y encajado a ella que era un acierto rotundo. Estaba infinitamente más guapa que en su día a día y eso es un acierto pleno. 

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2. Sofía Palazuelo siempre consigue ser la invitada perfecta. Hoy lo hacía con este midi asimétrico verde, multicapa con canesú de volantes.”

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3. Beige, negro, midi y de exquisito encaje. La elegancia clásica de Carmen Lomana en una boda tan andaluza era un súper acierto.

4. Azul marino y muy Roberto Diz y sus arquitecturas, la belleza de Tana Rivera era y es absoluta.

5. Eugenia Martínez de Irujo vuelve a conseguir mis miradas con su Roberto Diz de pantalón y cuerpo arquitectura con lazada y su tocado de velo de red. Era tan diferente a todo lo que congregaba esta ceremonia que me pareció un acierto que escribo con el mismo gusto con el que me pierdo en su chic velo de rejilla.

6. El rosa capote de Paloma Segrelles, sus mangas farol, su tocado tan ligero y tan Ascot a la vez. Todo fue una estupenda sorpresa en ella y lo celebro de verdad.

7. Amina, madrina e hija del novio, y su floral azul con sobre capa. No era error ni me disgustaba nada, al revés, pero tampoco se lo habría puesto yo a una madrina con su edad.

8. El satén midi verde de Olivia de Borbón era un acierto tan claro y simple que parecía hasta imposible en ella, que tan estrambótica ha sido tantas veces en su vida.

ERRORES

1. No me gustaba nada en ella el vestido rojo de Simona Gandolfi. Ni el largo en esa boda de mañana, ni esas sisas tan abiertas. En casa del herrero, cuchillo de palo.

2. El vestido mantón de Asela Pérez y su diadema noventera acolchada eran un terror.

No vi muchos errores de bulto en esta boda, no de al menos quienes están en el lado público. Y eso es dificíl de conseguir.

Susana Griso no era un error, en ningún momento. Ni su midi azul con capelina roja de gasa ni su sombrero. Y me parece que estaba divina. Pero sí lo es, por igual de divinas que a veces nos parezcan las extravagancias, que una invitada no pueda interactuar con el resto de comensales de una mesa por lo aparatoso de su atrezzo. Y en eso voy a incidir hoy.

Sobra decir a estas alturas de la vida y de esta columna, que lo que se pone en la cabeza no se quita hasta que una invitada llega a su casa de vuelta.

Qué necesidad pues tenemos de elegir semejante lámpara de comedor. Ya lo hizo la Infante Elena en la boda de su hermano y corrieron ríos de tinta tan XXL como su pamelón de plumas. ¿Vale la pena crear tanta incomodidad en propios y ajenos? Ahí lo dejo una vez más.