Los jardines del Palacio de Liria volvían ayer a llenarse de invitados, como en los mejores tiempos de la desparecida Duquesa de Alba, para celebrar la boda de su nieto Carlos Fitz-James Stuart, hijo del actual Duque de Alba, con Belén Corsini.
Las medidas de seguridad obligatorias por el Covid no impedían que un reguero de familiares y buenos amigos llegasen al enlace, aunque fuesen muchos menos de los que hubiesen deseado los novios. Las claves para los outfits de la ceremonia estaban bien claras: boda de día y plena primavera. ¿Acertaron todos los invitados con sus estilismos?
1 Si hubo una invitada perfecta, ella de esto va sobrada, fue Inés Domecq. Su vestido celeste, con hombreras y caderas de estudiada arquitectura, de su propia marca The IQ Collection y su diadema de red, la convierten en lo mejor de la ceremonia. Con mucho.
2 Fernando Fitz-James Stuart y Sofía Palazuelo son de esas parejas armónicas que siempre están guapos en conjunto. Él con su perfecto chaqué en azul, ella en azul también con vestido midi con capelina y cinturón historiado de Jan Taminiau.
3 Otra pareja ideal es la que forman Enrique Solís y Tello, hijo de Carmen Tello, la amiga eterna de la Duquesa, y su mujer Alejandra Domínguez. Él optó por un tres piezas de sastre impecable en azul marino. Ella por este original traje de pantalón de Antonio García.
4 Alejandra Corsini, prima de la novia, fue otra de las invitadas en elegir un dos piezas con pantalón. Era de la colección cápsula de Bimani 13, firma de su hermana Laura y Juan Vidal.
5 Bárbara Mirjan, la novia de Cayetano Martínez de Irujo, ausente por estar recién operado, llegaba sola. Su opción, un blanco y negro floral sin mangas de Jorge Vázquez.
6 Brianda Fitz-James Stuart nunca nos deja callados. Para bien, o para mal. Ella no se conforma con lo establecido. Esta vez acertó, a pesar del calzado, con este midi singular de Juan Duyos.
1 Jacobo Fitz-James Stuart y Asela Pérez Becerril parece siempre que han sacado las ropas de un gurruño de una bolsa de plástico metida en el maletero. No sé si era peor el vestido saco de ella o la corbata y los pelos de él con su traje de los entierros. Qué pavor.
2 La llegada de Luis Martínez de Irujo y Adriana Marín fue un ‘ni fu, ni fa’. Su vestido de volantes beige, estampado en negros y marrones, no es que fuera un error en sí, es que parecía que se lo habían prestado para salir del paso. Ella se cascó un rosetón pink en la muñeca que era lo único destacable de su look.
3 El traje de chaqueta rojo de Pilar Solís-Beaumont, tía del novio, era como que no. Sin más.
4 Alguien le podría decir a Jacobo Fitz-James Stuart que su melena blanca lacada le acabará convirtiendo en una Menina cualquier día de estos. Qué necesidad.
5 Y alguien le podría decir a algunas de las invitadas que sí, que las pamelas son perfectas en las ceremonias de día pero que luego no se pueden quitar. Que no es necesario que en la comida los invitados tengan que esquivar los trasatlánticos que algunas se calzan.