¿Comuniones en otoño? Amelia Bono arrasa y la casa Gucci se fuma no sé qué psicotrópicos para vestir al nuevo hombre de una preocupante ‘nany’ provenzal. Es lo que tiene haber estado encerrados, algunos siguen, durante toda esa época de bodas, bautizos y comuniones que alberga la primavera.
Llegó el declive del verano y a algunos se les piró la pinza. Otros prepararon, con invitados limitados y sin mucha pompa como obliga la situación, esas esperadas ceremonias que se quedaron sin tiempo en el calendario por el eterno y necesario confinamiento.
Y cuando esto pasa, no es lo mismo casarse, bautizarse, o comulgar en primavera que en pleno otoño, ¿qué hacen algunos con aquellos modelitos que habían preparado para entonces?
No sé si pensó en eso Amelia Bono para vestirse en la otoñal, por mes más que por clima, comunión de su vástago. Pero el caso es que su look tan de mañana, aunque algunos se empeñen en celebrar comuniones y bautizos de noche como si fuesen bodas de futbolista de dudoso gusto, bien podría convertirse en ejemplo para aquellas que tiran de lentejuela y plumón como si fuese a terminarse el mundo.
Claro que ya no sé si es peor tanta lentejuela y plumón para tan cándidas y cristianas ceremonias o que Gucci se haya fumado todas las flores de la primavera pasada para crear un vestido camisero para hombres.
A este paso acabaré creyendo que sí, que el mundo se acaba.
El look perfecto de una madre joven de nueva era para darle la primera comunión a un miembro de su prole tendría que ser algo como esto de Amelia Bono.
1. Sí a su pantalón nazareno vibrante de talle alto y de ‘low cost’ tan internacional y tan español, o sea, Zara.
2. Sí a su blusa blanca de mangas abullonadas, cuerpo fruncido y botones oro muy de los 90.
3. Sí a sus pendientes de ‘bisuta fina’ XXL en oro y cuarzo rosa.
4. Sí a sus sandalias altas de madroños de colores y a su rígido clutch caleidoscopio en metal y aplicaciones.
5. Sí a hacerse una trenza simple en casa y dejarse de rollos en tiempos de pandemia.
Si los hubo, no lo supimos. Lo bueno de estas ceremonias tediosas es que en tiempo de pandemia no pueden invitarnos.
Pero sirvan en mis errores de hoy todos esos ejemplos terribles que puse en mi entradilla. O lo que es lo mismo, que no hace falta echar el resto en los modelitos de ceremonias de mañana tan simples y familiares como un bautizo o una comunión. Ni vestirse como para una alfombra más roja que la vergüenza.
Sí a la normalidad. Ni nueva, ni vieja. Sí a la normalidad. Se acabe el mundo o no. Y sí otra vez a la normalidad. Se fume las flores Gucci para vestir a su nuevo hombre o no. Se ponga la vida como se ponga.