Momentos dulces para el exbanquero Mario Conde. El economista, de 76 años, ha encontrado de nuevo el amor de la mano de una empresaria catalana llamada María José Castellví. Según informa Paloma Barrientos en Vanitatis, esta misma semana el financiero celebró el cumpleaños de ella en un conocido restaurante de Madrid. La veterana periodista explica que a la cita también acudieron los hijos de ella. En el evento también estuvo Alejandra, hija de Conde, que acudió junto a su pareja, Colate Vallejo-Nágera. Pero ¿quién es la mujer que le ha robado el corazón al ex directivo de Banesto?
La nueva compañera de Mario Conde es una empresaria catalana de 53 años. María José Castellví, que forma parte de una de las dinastías más celebradas de la burguesía catalana, cuenta con una dilatada trayectoria profesional en el sector inmobiliario y también ha incursionado en el diseño de joyas. La mujer está viuda desde 2020 del empresario mallorquín Carlos Arbó con el que tuvo dos hijos mayores de edad.
Cuentan fuentes cercanas a la pareja que Mario conoció a María José el pasado mes de febrero. Ambos empresarios coincidieron en un evento taurino que reunió a varios nombres importantes de la élite social. Dio la casualidad de que María José, por mediación de un amigo, se alojó en la finca que Mario posee en la provincia. Mario albergó aquella noche a María José y a otros amigos y tras organizar una cena, llegado el momento de las copas, la chispa se prendió entre ambos.
Los que la conocen hablan de María José como una mujer elegante, inteligente, serena y de gustos refinado (por ejemplo, es devota de Chanel). Su integración en el círculo de Conde ha sido natura y progresivo ya que mantienen personas en común como Gonzalo de la Cierva, duque de Terranova, que fue el ‘celestino’ que facilitó su encuentro.
Conde ha dado con una mujer de importante patrimonio: Es la administradora única de una inmobiliaria que cuenta con activos por valor de 67 millones de euros y un referente de lujo a nivel nacional. Sin emabargo, a pesar de su riqueza y conexiones, evita la ostentación y valora la privacidad, enfocándose en su familia y negocios.
Conde, por su parte, asegura que se ha retirado de la actividad profesional y en la actualidad vive a caballo entre su finca de Sevilla y la ciudad de Edimburgo, donde ha encontrado un lugar idóneo para reflexionar y estudiar temas como la Ilustración escocesa.
El historial sentimental de Mario Conde ha estado marcado por cuatro relaciones significativas: Se casó en 1973 con Lourdes Arroyo, su gran amor, con quien tuvo a sus dos hijos y permaneció 34 años hasta su fallecimiento en 2007 por un tumor cerebral. En 2009 inició una relación con María Pérez-Ugena, profesora de Derecho a la que conoció en el gimnasio. Se casó con ella en 2010 pero terminaron divorciándose seis años más tarde tras una convivencia complicada por sus agendas.
En 2018 tuvo un breve romance con Pilar Marín, una sevillana 27 años menor, que no prosperó; y entre 2020 y 2025 mantuvo una relación con Adriana Torres Silva, marquesa de Casa Mendaro, una pintora sevillana con quien compartió una conexión espiritual, pero que terminó amistosamente en enero de 2025.
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