Carlos Otero

Siempre a los pies de su cama se encuentra la actual pareja del aristócrata alemán, la hija de Pitita Ridruejo Claudia Stilianopoulos. Juntos desde 2021, la artista y filántropa, está sirviendo de soporte sentimental y físico al heredero bávaro, que en los últimos tiempos ha tenido un importante declive en temas de salud.

Problemas con la bebida e ingresos recurrentes

El origen de los problemas clínicos de Hannover se encuentra en la complicada relación que el heredero ha tenido con el alcohol. Son varias las ocasiones en las que ha ingresado en distintas clínicas de desintoxicación desde los tiempos en los que estaba sentimentalmente unido a los Grimaldi. Además de los comportamientos erráticos, la adicción también le ha generado un importante historial de dolencias como la pancreatitis aguda y el coma inducido que en 2005 le impidieron asistir al funeral del Príncipe Rainiero.  

En 2011 una infección abdominal le llevó a una inesperada hospitalización en Ibiza y en 2016 tuvo que ser operado con urgencia del corazón. Dos años más tarde era ingresado en una clínica austriaca a causa, de nuevo, de una grave inflamación del páncreas y varias hemorragias internas.

Un año fatídico: hospitales y escándalos

Aunque desde 2020 su salud mental y física experimentó una cierta mejoría, los últimos meses están resultando fatídicos para el ex cuñado de Alberto II de Mónaco. El pasado mes de noviembre trascendió a los medios que Ernesto se había sometido en Madrid a una operación de cadera que no dio el resultado deseado. Tuvo que pasar una segunda vez por quirófano y, aunque la rehabilitación fue inicialmente satisfactoria, sus progresos resultaron bastante limitados.

Durante las pasadas navidades el alemán protagonizó un nuevo escándalo en el restaurante madrileño llamado Le Bistroman Atelier. Según el chef del establecimiento (un restaurador de prestigio y galardonado) el ex de Carolina de Mónaco montó un pollo de enormes dimensiones que acabó con la intervención del Samur. Siempre siguiendo el relato del cocinero, rompió copas, agredió a los camareros e incluso insultó a los otros clientes que asistían atónitos al espectáculo.

El pasado 3 de abril volvían a saltar las alarmas cuando era ingresado en la UCI de la Clínica Ruber Internacional por una dolencia relacionada con problemas pancreáticos. Fue dado de alta el día 21 de abril, aunque tuvo que continuar con un tratamiento intensivo en casa. Según trascendió, ha precisado de transfusiones para apoyar la función renal.

Delicada situación financiera

Las cosas no parecen irle mejor en el ámbito económico. Sus adicciones, la ausencia de una actividad profesional reconocida, las disputas que mantiene con su primogénito y la pérdida del castillo de Marienburg han cristalizado en una evidente falta de liquidez en sus cuentas.

El cabeza de familia ha demandado a su primogénito para que le devuelva la propiedad de los castillos además de otras propiedades como numerosas obras de arte, objetos de valor y carruajes antiguos pero la justicia desestimó las demandas. Aunque sigue teniendo acceso a otros activos, como propiedades en Madrid y fondos personales, la disputa legal le ha generado gastos significativos y ha limitado su capacidad para gestionar su economía. En los últimos años Hannover también ha tenido que hacer frente a cuantiosas multas por agresiones a fotógrafos y hosteleros.

¿Quién está a su lado?

En estos momentos complicados, Ernesto de Hannover depende principalmente de su pareja, Claudia Stilianopoulos y de su hijo menor, Christian de Hannover y su pareja, Alessandra de Osma, que junto a sus hijos le ofrecen apoyo emocional y familiar en Madrid. Este círculo reducido contrasta con el aislamiento de otros miembros de su familia, como Carolina (de la que no está divorciado), Alexandra (su hija con la mayor de las Grimaldi) y su primogénito Ernesto Jr.