Antonio Resines se casa: su desconocida relación de más de 30 años con Ana Pérez-Lorente

Lo suyo empezó en un semáforo de la calle Goya. Ella volvía a casa, él salía de una cena. Y terminaron en Pachá. De aquel encuentro han pasado ya treinta años, con dos parones y sus respectivas reconciliaciones. Tiempo suficiente para concluir que lo suyo va en serio. Antonio Resines y Ana Pérez-Lorente estuvieron tres décadas sin utilizar la palabra matrimonio. Y cuando por fin se decidieron, llegó una pandemia para aguarles el convite.

De la boda de Resines no nos hemos enterado por sus respectivas cuentas de Instagram. Más que nada porque ninguno de los dos tiene. La encargada de filtrarlo, aunque haya sido desde el cariño, ha sido su íntima amiga Verónica Forqué, que en una entrevista con Thais Villas ha soltado que el actor tenía pensado casarse a principios de octubre, pero que visto el panorama la ha decidido aplazar. "Han mandado una nota con la invitación para anunciar que la han delay", ha contado en spanglish.

Pero más allá de cuál será la fecha en la que se casen (si es que terminan haciéndolo algún día) o si tocará hacerlo con mascarilla o no, esta es la oportunidad perfecta para hablar de una atípica historia de amor que arrancó en los noventa. Antonio acababa de divorciarse de Marisol de Mateo, una profesora de la EGB con la que tuvo a Ricardo, su único hijo. Aún no existía el Resines de hoy, el que firma autógrafos y asegura tener una millonada en el banco, pero ya empezaba a despuntar como actor. Le habíamos visto trabajar con Trueba y Colomo. Y cuando se cruzó por casualidad con Ana, esta le reconoció.

Un semáforo en rojo, culpable del primer encuentro entre Resines y Pérez-Lorente

En la actualidad, Pérez-Lorente es una reconocida productora audiovisual. Su nombre encabeza los créditos de decenas de películas y series. Ha dirigido junto a él 'Historias de nuestro cine'. Incluso ha estado detrás de la biografía de Resines, a la que con mucha retranca decidieron titular 'Memorias de un calvo'. Sin embargo, en 1993 era una mera espectadora, una "de las pocas a las que le gustaba el cine español". Por eso le reconoció cuando Antonio bajó la ventanilla para preguntarle si le apetecía tomar una copa. Y por eso le dijo que sí.

Tras aquella noche en Pachá en la que tanto Ana como la amiga que la acompañó se ganaron la fama de "las típicas pijas de Puerta de Hierro", no se volvieron a ver hasta un mes después. Se les olvidó intercambiarse los teléfonos. Y cuando parecía que no volverian a encontrarse, en una fiesta en El Sol él se acercó a ella y le desveló que no se había olvidado de ella. "Eres Ana". Lo demás fue rodado.

Dos rupturas y una firme intención de seguir juntos "hasta la muerte"

En estos 30 años han sufrido dos rupturas. Han tenido etapas "de mayor y menor intensidad". Y tras la segunda reconciliación tomaron dos decisiones que se grabaron a fuego. La primera, que iban a estar juntos "hasta la muerte". Y la segunda, que dormirían en habitaciones separadas. Y cuanto más lejos esté la una de la otra, mejor. Esto no es ninguna modernez. Lo que provocó esta separación arquitectónica fue, tal y como le confesó a Bertín entre carcajadas la propia Pérez-Lorente, una bronquitis crónica.

Resines lo descubrió en un viaje de amor y lujo a Córdoba en el que pretenía reconquistarla tras su segunda separación. "El Tyrannosaurus Rex de 'Parque Jurásico' es un gilipollas en comparación con ella, la Mezquita estuvo a punto de caerse", decía con sorna en el programa de Osborne al describir sus ronquidos. Y una vez quedaron claras las normas de convivencia ("Le juré que en la puta vida volvía a dormir conmigo"), nunca jamás se separaron.

'Sin documentos', de Los Rodríguez, o la forma de decir 'te quiero' de Antonio Resines

Jesús Bonilla, Jesús Bonilla, íntimo amigo de Resines y hermano suyo en 'Los Serrano', define a la mujer de su amigo como "una santa". Pero no todo iban a ser tiras y aflojas entre ambos. Aunque a Antonio le produce urticaria hablar de su vida privada, Ana ha llegado hablar de cómo es el protagonista de 'La niña de tus ojos' en el amor. "No es romántico", ha repetido en más de una ocasión. Eso sí, cuando lo intenta, siempre acierta.

Le regala flores porque sí, cuando han estado enfadados le ha entregado ramos que no entraban por la puerta. Y a pesar de que no siempre ha sabido expresarlo con palabras, cuando le contó que pensaba en ella cada vez que escuchaba 'Sin documentos', de Los Rodríguez, se la ganó para siempre. "Quiero saber que la vida contigo no va a terminar / Por que sí, porque sí, porque sí / Porque en esta vida no quiero pasar un día entero sin ti", dice la letra.