Regreso a la infancia en el día ‘B’ y otras ventajas de casarse en un pueblo, sea o no el tuyo

  • El lugar en el que se celebre tu boda debería corresponderse lo más posible con aquel que siempre has soñado.

  • Casarte en un pueblo, sea el tuyo o no, ofrece un amplio abanico de posibilidades que es muy posible que se ajusten a aquello que habías imaginado.

Encontrar el lugar perfecto para celebrar su boda es algo con lo que sueñan todas las parejas. Pero en ocasiones no contamos con el tiempo suficiente para pensar en ello, o los nervios y las ganas de acertar nos hacen recurrir a opciones prácticas y convencionales, aunque no fueran nuestra idea inicial.

Cuando nos disponemos a organizar nuestra boda, deberíamos poder priorizar la posibilidad de hacerlo a nuestro gusto y en función, por supuesto, del presupuesto del que dispongamos. El espacio de la celebración, junto con la comida, son la base principal del festejo. Por eso cada vez son más las parejas que optan por celebrar su boda en un pueblo, un entorno que nos conecta con la naturaleza y con nuestra esencia humana, y en el que se multiplican las posibilidades de que se día se haga realidad todo lo que habías soñado.

Casarte en tu pueblo: un reencuentro con tu esencia

El día de la boda es aquel en el que compartimos de manera pública y con la gente que queremos algo tan íntimo y personal como es el amor que sentimos por otra persona. Y nos gusta hacerlo de la manera más auténtica, sintiendo que estamos ofreciendo a los que nos rodean una parte de nosotros. Por norma general, el pueblo en el que hemos crecido y donde hemos pasado tantas vacaciones durante nuestra infancia y adolescencia imprime una esencia en nosotros de la que no podemos desprendernos. Y compartir esa esencia con aquellos que quieres y son importantes para ti es una manera muy especial de transmitirles hasta qué punto les haces partícipes de tu vida. Por eso, si sigues unida de una manera especial al pueblo de tu infancia, celebrar allí tu boda puede convertirse en la mejor elección, ya que además de que, sin ninguna duda, conseguirás que se convierta en un recuerdo precioso, estarás forjando un nuevo vínculo de unión con tu tierra.

Puedes elegir pueblo, un pueblo entero o una casa rural

Si no tenéis pueblo propio (o no os gusta el vuestro) no hay razón, ni mucho menos, para renunciar a vuestro deseo de casaros en uno. Es tan sencillo como pensar qué pueblo se corresponde con el entorno que estáis buscando e iniciar los trámites necesarios para que pueda celebrarse allí la boda. Pero podéis ir más allá y alquilar un pueblo entero para el fin de semana de vuestra boda. Un pueblo en el que durante un par de días los únicos habitantes seréis vosotros y vuestros invitados, convirtiendo la boda en una experiencia que abarca las 24h de cada día que allí paséis. En España hay una buena cantidad de pueblos y aldeas que en su día quedaron abandonados, y que más recientemente han sido acondicionados de manera exclusiva para la celebración de bodas. El Pirineo Aragonés, Soria, Burgos, Guadalajara y muchas otras provincias cuentan con pequeños pueblos que seguro os van a encantar.

Es otra de las grandes opciones cuando decidimos casarnos en un pueblo que no sea el nuestro: alquilar una casa rural en la que podremos juntar a todos nuestros invitados y disponer de todo el espacio necesario para organizar una boda perfecta. Si nos decidimos por esta posibilidad, además, es muy posible que el menú del día de la boda pueda prepararse en la misma casa, o que ellos mismos gestionen empresas de catering a las que se lo podrás encargar. Seguramente también puedan facilitarte otro tipo de empresas que te sirvan para la decoración del lugar y para el resto de necesidades. Casarte en una casa rural es como hacerlo en un pequeño pueblo exclusivo para vosotros en el que no os faltará de nada.

Puedes decorarlo como quieras

Si has decidido alquilar un pueblo entero, imagina cuántas posibilidades tienes de decoración y cuántos espacios diferentes posibles para crear el ambiente que quieras para ese día. Elige la temática y el tono de tu boda y olvídate de la limitación de un único espacio para decorar. Puedes aprovechar el entorno para organizar una boda al más puro (y auténtico) estilo campestre, pero también puedes optar por un estilo romántico 100%.

Hay ideas de lo más originales que resultan idóneas para celebrarse en un pueblo, como transformarlo como si fueran las fiestas del lugar o como si se celebrase la clásica feria de pueblo.

Si se trata de tu propio pueblo, o el de tu pareja, estamos convencidos de que se volcarán en ayudarte, aunque sea concediéndote el permiso para hacerlo, para que ese día sea el pueblo entero el que esté de boda.

Si finalmente os casáis en un pueblo con el que no tenéis ningún vínculo, pero que es el que más os ha gustado aunque no sea para vosotros solo, seguro que disponéis de un espacio, sobre todo al aire libre, para poder decorar y ambientar a vuestro gusto.