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Isabelle Junot y Álvaro Falcó tachan en el calendario los pocos días que quedan para su gran boda. La pareja formalizará su relación el próximo 2 de abril en el palacio del Marqués de Mirabel, en Plasencia. En la pequeña capilla tendrá lugar la ceremonia, seguida de la celebración, cuyo eje central será el impresionante patio renacentista de este edificio histórico. “Para mí es importante casarnos allí. Se ha convertido en una especie de tradición que comenzó con la boda de mis padres, en los años 80”, explicaba él la importancia del lugar en la revista ¡Hola!
En torno a 250 invitados arroparán a la pareja en esta cita tan especial. Al margen de la popularidad de los padrinos: Marta Chávarri y Philippe Junot, exmarido de Carolina de Mónaco, acudirán un sinfín de rostros conocidos del mundo de la aristocracia entre los que resaltan Tamara Falcó, prima del novio y testigo en la ceremonia, que se espera que vaya del brazo de Íñigo Onieva o Marta Ortega y Carlos Torretta, íntimo del protagonista del día.
Todos ellos degustaran de un menú de dos estrellas Michelín elaborado por el prestigioso chef Mario Sandoval y aquellos que se encuentren en Cáceres el día antes del enlace podrán disfrutar de la fiesta de bienvenida que han montado Álvaro e Isabelle en otra parte del palacio.
Referido a este asunto, al de los asistentes, sin duda será un día agridulce para el novio debido a la ausencia de dos de las personas más importantes y que más han influido en su vida: su padre, Fernando, y su tío Carlos, que fallecían en 2020 con seis meses de diferencia.
En cuanto al secreto mejor guardado, el vestido con el que Isabelle Junot dará el ‘sí, quiero’ a Álvaro Falcó, ya se saben algunos detalles. Para esta ocasión, y siguiendo el patrón habitual de sus estilismos, ha confiado en una firma de nuestro país, Pronovias: “Le di mil vueltas. Quería una marca española por encima de todo y he acertado”, comentaba emocionada. “Es un proceso que me ha hecho mucha emoción”.
La primogénita del que fuera el primer marido de Carolina de Mónaco confesaba que el escenario ha condicionado su elección. “Yo tengo mi lado más divertido y de arriesgar. No creo que tenga un estilo muy diferente, pero me gusta siempre sentirme muy yo y añadir mi toque: una diadema XXL, un pendiente enorme… Como me caso en un palacio, he tenido que adaptarme al contexto”, aseguraba la joven, que está “superfeliz” con su decisión.