Turbante, el complemento perfecto para tu look de invitada

  • El turbante es uno de los tocados más democrático y versátil para invitadas de boda, una pieza con muchas dosis de glamur

  • Lady Gaga o Beyoncé han convertido el turbante en pieza imprescindible de algunos de sus mejores estilismos

  • Los tocados no son más que un accesorio en el look de invitada, sirven para complementarlo y no deben ser los protagonistas

Los tocados de boda son un complemento que tiene sus normas. Los más pequeños, como peinetas, tiaras o diademas, son un complemento del vestido y del peinado, se pueden usar a cualquier hora y no debes quitártelos hasta que llegues a casa. Los de tamaño mediano, como turbantes o tocados, son adecuados para bodas de tarde y los de mayor tamaño, tipo pamela o canotier, sólo se deben usar en bodas de día.

Los de mayor tamaño debes quitártelos cuando se vaya la luz, aunque por una cuestión de comodidad ahora está admitido quitarse el sombrero después de la comida y antes del baile.

No hay que perder de vista que un tocado no es más que un accesorio en el look de invitada, sirve para complementarlo y no debería ser el elemento determinante del estilismo. Esto no significa que no puedas optar por tocados grandes y llamativos, lo que implica es que el conjunto debe tener sentido y aunque es posible elegirlo con antelación al resto del outfit, no cabe duda de que en este caso va a suponer un condicionante.

La comodidad y, por supuesto, las tendencias, son determinantes a la hora de elegir el tocado más adecuado para tu look de invitada, pero no hay que olvidar una regla básica: para las mujeres de poca estatura se recomienda apostar por la verticalidad y las más altas por la horizontalidad. Una cuestión de lógica y equilibrio de la figura.

Uno de los tocados más democrático y versátil que puedes elegir como invitada de boda es el turbante, una pieza con muchas dosis de glamur que han usado desde las divas de Hollywood a las reinas con más carisma de oriente y occidente.

Nombres como Grace de Mónaco, Audrey Hepburn o Marlene Dietrich y más recientemente Sheikha Mozah bint Nasser Al Missned, Máxima de Holanda o Beyoncé, son algunos iconos de moda que han convertido el turbante en pieza necesaria de algunos de sus mejores estilismos.

La apuesta más clásica y con la que no te equivocas es incluir este tocado en un look monocromático: ropa, turbante y resto de accesorio del mismo color. Es la apuesta de Lady Gaga, que ha coordina todo el look en terciopelo azul, una opción que te puede inspirar para una boda de noche.

Un vestido azul de terciopelo de escote asimétrico y abertura en la falda, unos guantes hasta media palma y un turbante a juego, elevaban su estilismo al lugar de las divas de antes. Ten en cuenta que si el peinado ha sido realizado para llevar el turbante puesto no deberías quitártelo en ningún momento.

Muy diva también, pero más cercana al estilo disco, es este look de Kate Moss creado por Mark Jacobs para la gala del MET DE 2009. La modelo también apuesta por coordinar su look, compuesto por un minivestido de escote asimétrico en tejido metalizado con turbante a juego. Una elección perfecta cuando se trata de tejidos brillantes para evitar que una de las dos piezas destaque por encima de la otra.

En la misma línea de brillos, la modelo Karolina Kurkova optaba en 2012 por coordinar un vestido de lentejuelas con un turbante-diadema del que sobresale un recogido escultórico. De nuevo el control y el equilibrio entre la pieza fundamental de look, que es el vestido de corte sirena con escote en la espalda, y el accesorio, que es el turbante.

Mucho más sencilla y perfecta para una boda de día es la elección de Lupita Nyong’o. Combinando tres colores, blanco, negro y rojo, consigue un look de impacto en el que su vestido de lunares de diferentes tamaños es el auténtico protagonista, quedando en segundo plano y perfectamente integrados tanto el bolso de lunares como el turbante-diadema de rayas blancas y negras.

Otra apuesta para una boda de día es este estilismo de la reina Maxima de Holanda, en el que ha elegido un vestido estampado en tonos nude y rojo. Optar por el color rojo para el turbante permite un favorecedor contraste con el rubio de la melena, que se hubiera perdido si lo hubiera elegido en color beige. Zapatos y bolso a juego consiguen un conjunto equilibrado que funciona.