Para la depilación
Exfóliate antes, es crucial para eliminar la piel muerta de tu epidermis como punto de partida. Además, saca de su escondite el vello enquistado o subcutáneo, que en un alto porcentaje provoca granos y bultos dolorosos y molestos.
Suaviza el pelo combinando una ducha de agua caliente con un gel o espuma que ayuden y faciliten la rasuración para un mejor resultado. La combinación de ambos, desde luego, previene que después del afeitado se produzca irritación.
Sigue la técnica adecuada para cada parte del cuerpo. Rasura siempre en la dirección en la que nace el pelo en las zonas más sensibles como la barba o el pubis, de lo contrario, la piel sufre mucho y se verá raspada dando lugar a irritación en la piel.
Después del afeitado no seas brusca, seca la zona con agua tibia y toques ligeros con la toalla, nunca frotando. Al finalizar, extiende una loción hidratante o aceite para después del afeitado. Evita a toda costa cosméticos que contengan alcohol.
Para el ejercicio
Realizando cualquier ejercicio que implique un movimiento repetitivo es muy probable que el roce de la piel provoque irritación al chocar con otros tejidos.
Existen varias formas de prevenir la irritación. Usando ropa que absorba la humedad en vez de ropa de algodón que al estar en movimiento lastima la piel al ser un material duro y además tarda en secarse.
Utilizando vaselina en las zonas donde existe más fricción para, de esta forma, amortiguar y facilitar el movimiento sin que sea prejudicial.
No utilizar ropa holgada ni demasiado suelta ya que el roce piel con piel también puede causar irritación, además de producir sudor.
Las partes del cuerpo más vulnerables son la entrepierna, los pezones (en el caso de los hombres), debajo del busto (en el caso de las mujeres), las axilas, los talones y el cuello sobre todo para los triatletas que usan traje de neopreno.