El reinado de Isabel II estuvo desde el principio signado por la polémica y la tragedia. Para empezar, su padre no accedió al trono porque le correspondiera como heredero directo sino porque su hermano mayor había abdicado al trono en el marco de un escándalo por su boda con una mujer divorciada. Así fue como el destino de Isabel II quedó marcado: sería reina, aunque no había llegado al mundo con esa misión desde la cuna.
El momento de detentar la corona también llegó de manera prematura y trágica: Jorge VI, su padre, falleció a los 56 años, mientras dormía. Isabel estaba de viaje y tuvo que volver apresuradamente para velar a Jorge VI al tiempo que recibía la enorme responsabilidad de reinar no solo el Reino Unido sino también la Mancomunidad de Naciones.
En este vídeo, repasamos las heridas que marcaron la vida de la monarca, quien pese a todo mantuvo la sonrisa hasta sus últimos días y hace muy poquito, en junio pasado, celebró por todo lo alto el aniversario número 70 de su reinado.
La relación con su hermana, Margarita, que estuvo durante mucho tiempo teñida de conflicto, el golpe para la imagen de la corona que significaron todas las especulaciones por la muerte de Lady Di y el destape de su pésima relación con la casa real. Más recientemente, la demanda en contra del príncipe Andrés por abuso sexual de una adolescente y la ruptura de los duques de Sussex, Meghan y Harry, con la corona, sin dudas dejaron huellas en la soberana.