{{#section.link.href}}
{{section.link.title}}
{{/section.link.href}}
Ayer por la tarde, el rey Felipe VI y la reina Letizia aterrizaban en Ámsterdam para dar comienzo a su visita de Estado a los Países Bajos, la primera que realizan en este 2024. Tras su llegada, ambos participaron en un encuentro con españoles residentes allí. Y hoy se han seguido los actos. Por la mañana, los reyes Guillermo Alejandro I y Máxima de Holanda les han dado la bienvenida en un reencuentro que ha sido muy comentado debido a las especulaciones que corren respecto a la relación entre ambas monarcas. A última hora de esta tarde llegaba el plato fuerte: la esperada cena de gala de las dos parejas reales. La sorpresa ha llegado cuando hemos visto a Letizia sentada durante el besamanos previo, debido a una recaída en su neuroma de Morton.
El evento de esta noche venía cargado de simbolismos. El viaje de los reyes españoles a Países Bajos se produce casi diez años después de su ascenso al trono en 2014 e incluye un importante guiño a su reinado: fue este también el primer destino oficial de Felipe y Letizia hace una década, una vez coronados. Además, se da otro importante detalle: la princesa Amalia de Holanda, la heredera neerlandesa, se suma también al acto en el que será su primer banquete oficial, a los veinte años.
Pero todo ello ha pasado a un segundo plano cuando se han difundido las primeras imágenes del besamanos previo a la cena. En ellas, hemos podido comprobar cómo Letizia permanecía sentada, también mientras su marido y los reyes Guillermo y Máxima atendían de pie a los invitados
Miinutos antes, los cuatro habían posado sentados para los retratos oficiales, pero posteriormente, tanto Felipe como los reyes holandeses han continuado el acto de pie. Letizia, por su parte, ha saludado desde una silla a los distintos asistentes al evento, a los que ha estrechado la mano sin levantarse.
El hecho de que Letizia esté sentada en las imágenes tiene un motivo, y se trata, como ha avanzado Informativos Telecinco, de una recaída en el neuroma de Morton que le fue diagnosticado en 2022, y que supuso que la monarca dijese adiós a cierto tipo de calzado de tacón al que era muy aficionada.
Hace ya un año y medio que se confirmó la dolencia que la reina sufre en su pie izquierdo. Fue en octubre de 2022, durante la recepción celebrada en el Palacio Real por el Día de la Hispanidad. En un corrillo con periodistas, Letizia explicó entonces que le había sido diagnosticado un neuroma de Morton. Se trata un problema de salud crónico, una tumoración benigna en la que engrosa el tejido que rodea a uno de los nervios de los dedos de los pies, y que se produce cuando se genera una irritación mantenida en dicha zona.
En el caso de Letizia, el motivo tendría que ver con el uso muy habitual que la monarca hacía de tacones con la punta estrecha, un calzado habitual en ella en apariciones públicas en el pasado. La confirmación de dicha dolencia, sumada a la metatarsia que ya le había sido diagnosticada anteriormente, tuvo finalmente una importante consecuencia en la vida de la reina: desde entonces, ha dicho adiós por norma general a este tipo de zapatos, siendo habituales los tacones más bajos o las plataformas.
A partir de las 19:30 horas de la tarde, los reyes de España y los de Países Bajos se han encontrado en uno de los salones de la ubicación. Para la ocasión, Letizia ha optado por un espectacular vestido de gala en color azul marino con cuello caja, falda voluminosa y mangas francesas que concluyen en un gran lazo en cada uno de los respectivos brazos y con las mismas tonalidades.
Para acompañar el look, ha elegido unos pendientes con brillos, los elegidos por la infanta Cristina para el día de su boda con Iñaki Urdangarin y que habían pertenecido a la reina Victoria Eugenia. Con la misma procedencia, sobre la condecoración amarilla ha lucido "un broche con perla grande gris pálido rodeada de brillantes y del cual cuelga una perla en forma de pera", tal y como lo describió la mujer de Alfonso XIII en su testamento.
Aunque hasta ahora han sido varias las cenas de gala en las que había elegido la tiara Flor de Lis debido a la gran valía y representación que tiene de la casa real, esta vez se ha decantado por la tiara rusa en platino creada para la archiduquesa María Cristina de Habsburgo-Lorena y que posteriormente ha pasado por María de las Mercedes de Borbón. Esta también se la prestó a su nuera Sofía, a su hija Pilar y a su nieta Simoneta Gómez-Acebo.