El pasado enero, la princesa Leonor zarpó a bordo del buque escuela de la Armada, el Juan Sebastián Elcano, para comenzar una travesía de cinco meses como parte del segundo año de la formación militar que recibe desde que finalizase sus estudios de bachillerato y alcanzase la mayoría de edad. Desde entonces y hasta la finalización del viaje esta semana en Nueva York, la hija mayor de los reyes Felipe VI y Letizia ha compartido instrucción y convivencia con setenta y cinco compañeros, guardiamarinas como ella. Un grupo amplio de jóvenes con los que la princesa, como ya le ocurriera a su padre hace décadas, ha entablado un cierto vínculo personal. Esto es lo que se sabe de la pandilla que ha formado Leonor en los últimos meses en Elcano.

Los monarcas han querido siempre que su primogénita y su benjamina, la infanta Sofía, llevasen una infancia y una adolescencia totalmente alejadas del foco mediático. Como reconocía Pilar Eyre en una entrevista para esta web, el matrimonio ha logrado su objetivo: nunca ha habido confirmación sobre sus vidas personales, sus inquietudes ni, por supuesto, sus amistades en los años escolares. Algo que ha seguido sucediendo durante la estancia de ambas en Gales (que Sofía ha finalizado ahora), pero que ha empezado a permear ahora a los medios de comunicación.

La faceta más personal de Leonor en Elcano

Desde que Leonor comenzase su formación militar, con su primer año en la Academia Militar de Zaragoza, su posterior estancia en la Escuela Naval de Marín y su periplo ahora en Elcano, se han ido conociendo distintos detalles personales de la heredera lejos del acostumbrado terreno institucional. En particular, en lo referente a los planes y actividades con amigos que, como cualquier joven de su edad, también ella realiza, y que han generado un importante revuelo mediático: desde alguna noche de fiesta en tierras aragonesas a sus más recientes comidas o cenas en las escalas del buque.

Es, gracias a ello, como hemos podido saber algo más respecto al círculo de confianza que la princesa ha podido crear en estos meses. Durante sus distintas salidas en las escalas del buque, primero en Canarias y luego en distintos países y puntos de la costa americana, han trascendido fotografías de estos planes de ocio en los que siempre ha estado acompañada. Tres han sido, en especial, las ocasiones que ayudan a construir un esbozo sobre dicha pandilla: su asistencia a un festival en Salvador de Bahía (Brasil), su tarde en un centro comercial en Punta Arenas (Chile) y su jornada de playa y chiringuito en Montevideo (Uruguay), en la que fue captada en bikini por primera vez.

Un pandilla de amigos mayoritariamente masculina

El conjunto de guardiamarinas que acompaña a Leonor en el buque está formado por sesenta y siete hombres y ocho mujeres (con tres de ellas ha compartido camarote en estos meses). La proporción entre hombres y mujeres se inclina claramente hacia el sexo masculino, y es lo que parece ocurrir también con la pandilla de amigos de la princesa, formada mayoritariamente por compañeros del sexo opuesto.

Con ellos ha compartido, fuera del navío, comidas, cenas, fiestas, playas, cines y compras. Un grupo eminentemente masculino que le acompañó en su escapada en Tenerife, o al salir a comer en Viña del Mar (Chile), donde se fotografió junto a dos compañeros. Las imágenes en el centro comercial de Punta Arenas (Chile) sí mostraron a algunas mujeres en el grupo.

Los amigos de Leonor, en gran forma física y "muy serios"

El plan que compartió junto a dicha pandilla en Montevideo, a comienzos de marzo, ha sido el más fructífero en lo que a imágenes y detalles se refiere. La princesa pasó una jornada en la playa, en el arenal de La Mulata, con varios compañeros de confianza. Un grupo con al menos seis varones, aunque luego se confirmó que había estado también alguna mujer. La revista Diez Minutos fue la que consiguió ofrecer las imágenes semanas después, siendo reproducidas también en otros medios europeos, como The Daily Mail o Bunte (que las publicaron sin pixelar los rostros de los guardiamarinas).

El director de la publicación aseguró que eran chicos con los que tenía "muy buena relación". Con ellos fue vista bañándose, charlando y pasando tiempo en la playa y el chiringuito próximo. Las imágenes, con la princesa en bikini y sus amigos en bañador y sin camiseta, dieron cuenta de la buena forma física de todos ellos tras meses de formación militar. Todos los chicos tenían el pelo muy corto, y algunos de ellos lucían tatuajes. La propietaria del local en el que almorzaron se sinceró sobre el carácter de los jóvenes en 'La mirada crítica', asegurando que eran tranquilos y "serios hasta para tomarse una cerveza". "Eran todos muy guapos, parecían sacados de una empresa de modelos", confirmaba en el programa. El director de la revista añadió que "la tienen muy protegida entre ellos".

El papel especial de algunos amigos de Leonor y su vínculo con ella

Precisamente en relación con este último punto ha habido algún detalle más, ya que parece que algunos de los compañeros de la heredera han tenido un papel distinto en la travesía. "Yo creo que a algunos de ellos se les ha instruido especialmente, porque ellos son los que la acompañan a la princesa, no puede ir la princesa con sus escoltas", aseguraba la periodista Mariángel Alcázar en 'En el programa de Ana Rosa' hace unas semanas, comentando que Leonor prefiere ir con sus compañeros que con sus escoltas en sus salidas y que esto habría derivado en dicha formación adicional en temas de seguridad.

Y sobre esta consideración especial, además, destacó Diez Minutos un dato en el mencionado reportaje sobre la jornada playera en Uruguay. Se dijo entonces que Leonor, durante los días en los que la nave estuvo atracada y como ha ocurrido en otras escalas, durmió en un hotel de cuatro estrellas. Y lo mismo hicieron algunos de sus colegas, pero no todos: la publicación aseguró que "sus compañeros de confianza" hicieron lo propio, compartiendo alojamiento.

El compañero de Leonor más buscado por los medios

Mayúsculo fue también el revuelo por la escala en Salvador de Bahía (Brasil) y su asistencia a un festival. Entonces, fue grabada en compañía de varios jóvenes, pero los focos se centraron en uno de ellos, con camisa azul de estampado hawaiano y pelo moreno. El fotógrafo autor de las imágenes aseguró que ambos se habrían besado, pero pronto otros medios y periodistas desmintieron este punto.

Se confirmó, en cualquier caso y más allá de este revuelo, que era un compañero de travesía que aparecía en algunas imágenes grupales de la travesía (por ejemplo, en las que salía con moratones en los brazos). En 'Tardear' se aseguró que tenía, como ella, diecinueve años, que era de Madrid y de familia acomodada, muy deportista y buen estudiante, que había sacado una de las mejores notas de España en Selectividad, y que se forma como alférez de navío.