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Hay una royal en Europa que solamente reinó durante tres años. Ella es Ana María de Grecia, quien nació en Dinamarca hace más de 75 años. Su padre fue el rey Federico IX de Dinamarca y la reina Ingrid, convirtiéndose, así, en princesa de Suecia. Nació y creció en el seno de una familia muy unida y pronto decidió contraer matrimonio con el rey griego Constantino II.
Fue a los 13 años cuando ambos se conocieron, ya que Constantino era su primo. Los jóvenes se reencontraron en Dinamarca en 1961 cuando el joven le confesó a sus padres la intención de casarse con Ana María. Luego, coincidieron en 1962, en el enlace de la princesa Sofía y el infante don Juan Carlos y en 1963. Los padres de ambas familias decidieron esperar a que Ana María cumpliera la mayoría de edad y, por eso, en julio de 1964 se anunció su boda.
La boda se produjo ese mismo año, coincidiendo con la subida de Constantino al trono de Grecia, después de la muerte de su padre. Por aquel entonces, solamente tenía 23 años. Eso sí, su reinado fue especialmente corto y tres años después se puso fin con un golpe de Estado y un contragolpe, pero que fue fallido.
Debido a este abrupto final, tanto Constantino como Ana María tuvieron que salir corriendo del país. Su destino fue Roma y viajaron junto a sus dos hijos, la princesa Alexia y el príncipe heredero, Pablo. En la ciudad italiana nació su tercer hijo, el príncipe Nikolaos.
Tras pasar una temporada en Roma, Ana María y toda su familia decidieron poner rumbo a Londres, un lugar donde también se sentían muy queridos. Allí vinieron al mundo sus dos hijos pequeños, Theodora y Philippos y, además, donde vivieron bajo la protección de la reina Isabel II.
En la ciudad británica pasaron 46 años Constantino, Ana María y toda su familia. Su vida fue de lo más cómoda; sus hijos acudían a los colegios más exclusivos de la ciudad y, además, se codeaban con la jet set británica. Aún así, parece ser que todos echaban de menos Grecia, especialmente Constantino y Ana María, que expresaron su deseo de volver, respetando la decisión de los griegos de una República.
Por eso, a los 73 años decidieron volver a la que era su casa, sin ninguna pretensión de recuperar el trono. Además, cuando llegó a su país, la situación no era la mejor; Grecia estaba inmersa en una importante crisis económica. Por eso, su vuelta pasó de lo más desapercibida, algo que ellos también deseaban.
La familia se instaló en una mansión en la zona de Porto Jeli, una de las más exclusivas de Grecia. Además, es muy normal verlo pasear por las calles de Atenas, donde también le acompaña su hermana, la reina Sofía. El verano lo pasa en la isla de Spetses, junto a sus hijos y sus nietos.
Tanto Constantino como Ana María están muy unidos a su familia. Por eso, una de las ocasiones en las que pudimos ver al matrimonio juntos fue en la boda de su hijo Philippos junto a Nina Florh. Ahora, parece ser que Constantino está teniendo distintos problemas de salud, que han hecho que pase por el hospital en los últimos meses.