Letizia con plumas, Máxima de añil... Los estilismos de la coronación holandesa

Tradición y modernidad de unen en esta coronación holandesa como nunca antes. Guillermo Alejandro IV y Máxima han recorrido, solemnes, la alfombra que los separaba de la corona de Holanda, cedida por su madre Beatriz tras su comentadísima abdicación. Un momento para la historia en el que han estado acompañados de sus hijas (las princesas Amalia, Alexia y Ariane, en azul añil como su madre) y las Casas Reales de todo el mundo. Letizia ha arriesgado su tocado de plumas a juego con el traje gris lavanda de Varela. Así han sido los estilismos.

La princesa Letizia ha arriesgado su tocado de plumas a juego con traje largo. Se trata de un gris lavanda con encaje y banda con la Gran Cruz de Carlos III.

La princesa de Asturias ha arriesgado con su tocado de plumas, a juego con el diseño de Varela. El encargo fue para la sombrera María Nieto, la misma que confeccionó los de la familia Rocasolano en su enlace con Felipe en Madrid.

Pequeña plataforma de Magrit para avanzar junto a su esposo. También llevó la la condecoración de la Gran Cruz de Carlos III.

Amalia, Alexia y Ariane, todas ellas con la letra 'a' como principio de su nombre. Al fondo, la reina de Holanda durante los últimos 33 años, su abuela Beatriz.

A pesar de las críticas de los ecologistas, que pedían al rey que no usase la capa de armiño burdeos y blanco en su coronación, Guillermo Alejandro ha optado por llevarla: toda una concesión a la tradición.

El reciente rey ha sido el protagonista de la ceremonia con un emotivo discurso en el que ha subrayado la labor de su madre en 33 años, pero, de reojo, las miradas de medio mundo estaban puestas en su esposa. Ella ha elegido el color azul eléctrico para su vestido, diseñado por el holandés Jan Taminiau, en armonía con sus tres hijas y su suegra. Las mujeres holandesas, unidas. La tiara, de zafiros, fue estrenada por la princesa Margarita de Holanda hace cuatro años.

Con algunos kilos de más y vestido de estampado arriesgado, Mette Marit ha acudido del brazo de su esposo.

Flores y blanco roto para un diseño innovador. María de Dinamarca, apostó por llevar la tradición un poco más lejos de lo habitual.

Los ya reyes de Holanda estuvieron a punto de emocionarse en varias ocasiones.

Estilismo beige a juego con sombrero para Victoria de Suecia. Su chico, de gala, ha acudido con sus gafas de siempre.

la monarca belga, radiante de salmón.

La monarquía de Medio Oriente también estuvo representada con la elegantísima Shaikha.

El heredero inglés ha seguido el protocolo al pié de la letra y ha elegido un traje de gala con banda amarilla y galones. Camila, sin tiara pero con detalle de hojas, ha optado por un traje azul celeste.

A falta de corona, tiara o similar, la consorte del futuro heredero inglés no ha querido dejar de añadir un detalle a la cabeza, como el resto de princesas y reinas de las Casas Reales. Un collar de perlas y una medalla con la imagen de Isabel, la actual reina británica, completan el conjunto.

La princesa japonesa, siempre cerca de su esposo Naruhito, eligió un estilismo marfil con gorro. La banda, en amarillo y rojo.

El añil fue el color protagonista de las mujeres de la Casa Real holandesa: las tres niñas (incluida la mayor y futura heredera), Máxima (ya reciente reina) y Beatriz (ex reina) simbolizaron la unidad familiar con este gesto.

Sombrero añil y gesto solemne durante el discurso de su hijo, en el que le ha dado las gracias por sus más de tres décadas al frente del Reino Tulipán.

El pequeño reino europeo también tuvo presencia en la coronación holandesa. Edouard Vermeulen fue el diseñador de su estilismo verde intenso.

El país asiático tuvo a sus reyes como representantes.

La princesa de Dinamarca acaparó todas las miradas a la entrada de la Iglesia nueva de Ámsterdam.

Al-Muhtadee Billah Bolkiah y su esposa, Dayangku Sarah Pengiran Sallei, en Ámsterdam.

La princesa Mabel, esposa del príncipe Friso de Holanda, acompañó a su suegra en la entrada de la coronación.