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En abril de 2018, Kate Middleton se convirtió en madre por tercera vez con la llegada de su hijo Louis. La duquesa de Cambridge siempre ha hablado abiertamente de su experiencia con la maternidad y, en alguna que otra ocasión, ya había confesado sus dificultades a la hora de prepararse para ello. El pasado miércoles, y tras presentar su nuevo proyecto, la mujer del príncipe Guillermo ha vuelto a tratar el tema y se ha sincerado sobre lo mal que lo pasó tras el nacimiento de su primer hijo.
Kate Middleton se trasladó a Cardiff para presentar ‘5 Big Questions’, un nuevo proyecto en el que trata de compartir opiniones e ideas sobre la crianza de los niños en Reino Unido para conocer más sobre la infancia en el país. Una vez allí, trató con otras madres y aprovechó para hacer una confesión. “He estado conversando con otras madres sobre cuando tuve a George. Tenía un bebé muy pequeño en el medio de Anglesey y me encontraba tan aislada, tan sola”, contaba. Cuando fue madre por primera vez, la duquesa de Cambridge vivía en esa pequeña isla mientras cuando su marido trabajaba como piloto de helicópteros. “No tenía cerca a mi familia. Me gustaría haber tenido un centro como este para poder hablar”, confesaba.
Como se puede ver en estas fotografías, Kate visitaba este centro de niños y disfrutaba jugando un rato con ellos y charlando con sus madres. Para la ocasión, la mujer del príncipe Guillermo vestía una falda midi con estampado de leopardo, unas botas negras de tacón y un jersey también negro y con cuello alto.
En las últimas semanas, la reina Isabel II ha tenido que tomar algunas decisiones que afectaban al futuro de la casa real. Los duques de Sussex hicieron pública la decisión que habían tomado de alejarse de su familia y empezar una nueva vida siendo “económicamente independientes”. Tras esta noticia, la abuela del príncipe Harry, a través de un comunicado, informaba de los nuevos cambios que ocurrirían. “Reconozco los desafíos a los que han tenido que enfrentarse como resultado del intenso escrutinio sobre ellos en los últimos dos años y apoyo su deseo de tener una vida más independiente”, contaba la reina.
Actualmente, Harry y Meghan se encuentran en Canadá con el pequeño Archie y, tras esta decisión, dejaran de ser altezas reales y no recibirán más fondos públicos. Además, la pareja tendrá que pagar la reforma que realizaron en su casa y que fue pagada con estos fondos.