El salón de la casa de Marta Sánchez, al detalle: arte, blanco y el refugio donde siguen naciendo canciones
La artista comparte con sus seguidores sus rincones favoritos de su casa del barrio de Hortaleza, en Madrid
Marta Sánchez recuerda la carta más dura que le escribió su hermana antes de fallecer: "Es apabullante"
MadridMarta Sánchez está celebrando a lo grande sus cuatro décadas en la música. No todo el mundo puede decir que tiene un doble álbum que resume 40 años de carrera, pero ella sí. ‘40 Años: 1985–2025’ acaba de ver la luz, y llega en un momento en el que la cantante parece más cómoda que nunca en su vida personal. Parte de esa tranquilidad tiene que ver con la casa a la que regresó después de su etapa en Miami. Y es que, desde 2019 vive en Hortaleza, un barrio del noreste de la capital donde encontró el equilibrio entre vida familiar, calma y una vivienda luminosa en la que se nota que cada rincón está pensado a su medida.
La cantante suele enseñar su casa en redes sin demasiados filtros, ni producciones imposibles ni poses estudiadas. Y eso es precisamente lo que hace que su hogar tenga tanta personalidad. Entre todo lo que muestra, hay un espacio que siempre se repite, el salón. De hecho, podríamos decir que es su ‘escenario más íntimo’. Ahí aparece ensayando, componiendo, improvisando melodías o simplemente descansando.
Un salón blanco, moderno, vintage… y muy Marta
En la estancia, lo primero que llama la atención es el predominio del blanco, que funciona como base para todo lo demás. Muebles actuales, líneas limpias y piezas modernas conviven con toques vintage y recuperados, creando un equilibrio muy natural entre lo actual y lo vivido. No es un salón minimalista, pero tampoco recargado; es de esos espacios que respiran y que podrían cambiar de atmósfera solo con mover un par de cosas.
Ese fondo neutro sirve como lienzo para lo que de verdad dinamiza la estancia: el color. Y aquí Marta no se corta. En las paredes cuelga arte muy fresco, piezas pop, cuadros contemporáneos y fotografías que aportan energía y contraste. Los textiles, como cojines y mantas, junto con pequeños objetos decorativos también suman a esa explosión suave pero constante de color, que evita que el salón se quede en un simple espacio “bonito” y lo convierte en algo más personal, más suyo.
Entre los elementos que le dan carácter se encuentra un mueble antiguo de madera, una pieza recuperada que contrasta con el mobiliario más moderno y añade textura y calidez. También hay libros, recuerdos de viajes y detalles que van apareciendo en sus publicaciones y que dejan claro que el salón no es un decorado, sino un espacio vivido.
El rincón donde surgen las canciones
Además de ser el centro de la casa, este salón es también un pequeño estudio improvisado. Marta lo ha mostrado muchas veces sentada al piano, tarareando ideas, tomando notas o probando melodías. Esa mezcla entre hogar y lugar creativo es quizá lo que más define la energía de la estancia.
Otro de los puntos fuertes es el gran ventanal que, además de luz, le permite acceder directamente al jardín. Un rincón que también utiliza para relajarse, escuchar un pódcast o leer mientras disfruta del relax de su hogar.
Por lo que deja ver en redes, el resto de la casa mantiene ese mismo equilibrio entre calma, funcionalidad y personalidad que se respira en el salón, dejando claro que ha sabido transmitir el buen momento que está atravesando a la decoración de su refugio para desconectar del mundo con paz y tranquilidad.