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Carolina de Mónaco ha sido siempre toda una ‘it girl’ aún cuando ni siquiera existía tal término. Por eso, no es de extrañar que sus hijas hayan seguido sus pasos. Primero fue Carlota y, ahora, es la pequeña Alexandra la que ha llegado pisando fuerte.
Cuando era joven y con tres hijos a su cargo, Carolina tuvo que enfrentarse a la muerte de su marido, Stéfano Casiraghi. El aristócrata fallecía en un accidente naval durante un torneo, dejando a su familia totalmente destrozada. Tanto fue así que la familia se trasladó al pequeño pueblo de Saint Remy, donde pasó el duelo.
Seis años más tarde de la muerte de su marido, en 1996, Carolina inició una relación con Ernesto Augusto de Hannover, pretendiente al ya extinto trono del Reino de Hannover, jefe de la casa real y del antiguo Ducado de Brunswick y Luneburgo.
Ernesto había estado toda la vida al lado de Carolina, ya que era uno de sus mejores amigos desde la infancia. Juntos tuvieron una hija, Alexandra Carlota Ulrica María Virginia de Hanóver Grimaldi, quien se ha convertido en la persona con más títulos de la familia Grimaldi.
A sus 22 años, Alexandra ostenta el título de princesa von Hannover, duquesa de Brunswick y Lüneburg y princesa de Gran Bretaña e Irlanda. Aunque eso sí, no tiene derechos sucesores a la corona inglesa, ya que está bautizada por el rito católico.
Alexandra está muy unida a su hermana mayor, Carlota, y, también, a sus primas, Camille Gottlieb y Pauline Ducruet, las hijas de Estefanía de Mónaco. La joven nació en Vöcklabruck, en Austria, unos meses después de la boda de sus padres.
Al enlace, que fue totalmente privado, acudieron sus tres hijos, Raniero, Alberto y sorprendió la ausencia de Estefanía, que no fue invitada. Desde su nacimiento, Carolina siempre estuvo muy unida a su hija y, por eso, quiso que creciera en un entorno lejos de la prensa.
La familia vivió a las afueras de París durante los primeros diez años de vida de la joven. Luego, se mudaron en el verano de 2009 a Mónaco, coincidiendo con la separación de Carolina y Ernesto. Además, con 12 años, la princesa hizo su primera aparición en el mundo público en un desfile de Alta Costura, acompañada de su madre. Ambas vieron el desfile de Chanel, la firma favorita de la casa real monegasca. Luego, cuando cumplió 16, Alexandra participó en el Baile de la Rosa, donde se presentó en sociedad.
Entre las aficiones de la joven, además de la moda, también nos encontramos con el patinaje. Ha participado en diversos espectáculos y concursos nacionales e internacionales y siempre ha tenido el apoyo de su madre, quien le regaló sus primeros patines cuando tenía diez años. En el año 2015 se presentó al Festival Europeo Olímpico Juvenil en Austria y, luego, al Gran Premio Junior de Patinaje Artístico.
Tras terminar la escuela, Alexandra se mudó a Nueva York para seguir con sus estudios y siguiendo los pasos de su prima Pauline. Allí comenzó a estudiar Ciencias Políticas y Filosofía en la Universidad de Columbia. Sí que es cierto que es poco lo que sabemos sobre su vida en la Gran Manzana, aunque sí que ha comentado alguna vez que le gustaría dedicarse al mundo del arte o de la moda.
Respecto a su vida amorosa, Alexandra tiene novio desde los 17 años. La joven sale con Ben-Sylvester Strautmann. El alemán pertenece a una familia de millonarios de origen sajón y fue educado en Múnich. El chico es un gran aficionado al baloncesto y la música, y ha trabajado como DJ en diversas ocasiones. Una de sus presentaciones oficiales fue en la boda de Carlota con Dimitri Rassam en el Palacio Real de Mónaco. En sus vacaciones, la pareja viaja a Saint Trópez, donde disfrutan de paseos con su perro o de largas jornadas en el yate Pacha III.