{{#section.link.href}}
{{section.link.title}}
{{/section.link.href}}
Con el paso del tiempo pueden aparecer pequeñas grietas en la pared de tu casa. Esto puede deberse a que la estructura no esté en buen estado, a causa de agentes externos o por el uso de materiales de baja calidad, casos en los que habrá que tomar cartas en el asunto y contratar a profesionales, ya que estaremos hablando de grietas que tendrán un grosor de medio centímetro en adelante.
Estos casos serán los menos, ya que la mayoría de las veces esto sucede por la dilatación o el asentamiento del material que recubre la pared, y lo que observaremos, más que grietas, serán pequeñas fisuras mucho más fáciles de solucionar puesto que se encontrarán en la parte más superficial de la pared y no revestirán mayor importancia. Es más, las podrás eliminar tú misma siguiendo unas instrucciones muy sencillas.
Lo primero que habrá que hacer será hacer más grande la grieta. Para ello, deberemos desprender todo el yeso y limpiar bien todo el polvo que se haya podido quedar dentro de la grieta. Para finalizar este primer paso habrá que humedecer la grieta con un pulverizador.
El siguiente paso será poner sobre una espátula un poco de pasta o masilla que se tendrá que aplicar sobre la grieta en capas finas. Si lo haces así, la pasta no se contraerá al secarla. Luego, deberás dejar secar la pasta y retirar el polvo con un paño humedecido.
Una vez que ya hemos puesto la masilla en los huecos, se ha secado y hemos quitado el polvo que se había acumulado será el momento de pintar o empapelar la pared para dejarla como nueva.
En el caso de que el problema resida en que eres incapaz eliminar las grietas, ya que aparecen una y otra vez, lo más recomendable será hacer uso de una cinta tapa grietas. Este tipo de cinta se colocará sobre la grieta, se aplicará pasta y se ocultará con pintura o papel para pared con el objetivo de que la grieta no se vuelva a abrir.