Yolanda Ramos habla del complicado momento que está atravesando: "No estoy preparada para la vida"

Cuando hace poco más de un año Verónica Forqué decidió dejarnos, Yolanda Ramos calificó su muerte de "accidente laboral". Reivindicó que en el oficio de ambas, el de la interpretación, la "herramienta imprescindible de trabajo" es la "sensibilidad". Un elemento complejo de manejar que, "como a un pobre albañil sin casco", cae encima de uno "como dos placas de hierro" cuando menos te lo esperas. 

Estas palabras abrieron un debate sobre lo que implica no prestar atención a la salud mental que la humorista se niega a dejar pasar. Y la última prueba de esta intención de darle visibilidad la encontramos en su paso por 'Las tres puertas'. En esta entrevista para el programa de María Casado, Yolanda ha hablado abiertamente del complicado momento que atraviesa en lo emocional.

La difícil etapa personal que atraviesa Yolanda Ramos

Según la intérprete, a veces le da por pensar que no está "preparada para la vida". Desde que de niña descubrió que era una "persona altamente sensible" y, más recientemente, fue diagnosticada de depresión, Ramos ha tratado de explicar el "vacío" que siente por ese "dolor en el alma" que le provoca esta situación.

Un malestar que nada tiene que ver con lo físico y que, como ha tratado de explicar, aparece "por el morro", sin avisar, para terminar causando "el drama padre". Querer tratar este tema en televisión ha sido, tal y como ha apuntado en esta charla con Casado, fruto de estar "pasando una mala temporada ahora".

Una racha complicada que quizá pueda tener relación con la "edad" (hace cuatro años que superó la barrera de los cincuenta) y que está coincidiendo con una de sus etapas de más éxito en lo profesional: "No sé si la vida merece la pena, no me preguntaron si quería venir... Estoy aquí y no me lo pregunto mucho, tiro para adelante".

Después de años trabajando sus emociones con profesionales, Yolanda Ramos también ha podido analizar qué imagen traslada en el terreno laboral. Y esta fachada divertida, despreocupada, en ocasiones, le ha perjudicado. "Por esa sinceridad mía la gente aprovecha para pagarme menos... Me pasa todo el rato. Doy aspecto de loca", ha asumido.