Miriam Garlo, protagonista de 'Sorda': "Tras perder la audición no me pude relajar hasta los 30, que caí en depresión"

Entrevistamos Miriam Garlo, actriz que protagoniza la película ‘Sorda’. Un largometraje que cuenta la nueva realidad a la que se tiene que enfrentar una pareja formada por una persona oyente y una sorda ante la llegada de un bebé
Helena Taberna, directora de 'Nosotros': "Muchas veces se señala del fin del amor al que rompe la relación"
La película 'Sorda' comienza en el momento en el que Ángela, una mujer sorda, va a tener un bebé con su pareja oyente. A partir de ese momento, todo el espacio seguro que habían construido se desmorona: tienen que enfrentarse a situaciones que creían superadas, a contradicciones, a desencuentros, a miedos nuevos, a dudas, etc. Un nuevo escenario que permite a Eva Libertad, su directora, hablar de esa violencia que viven las personas sordas en un mundo oyente que les ha dejado de lado. En Divinity.es hemos hablado con su protagonista, Miriam Garlo, sobre todo esto y sobre cómo es ser actriz sorda en esta industria.
Pregunta: 'Sorda' muestra muchas de las trabas y problemas a las que se enfrenta una persona sorda en un mundo oyente que la ha dejado de lado. Una “violencia” que experimenta incluso de las personas más cercanas y que más la quieren
Respuesta: Para mí 'Sorda' es la historia de una pareja mixta compuesta por Ángela, una chica sorda y Héctor, oyente, cuando se enfrentan a un momento vital de sus vidas: el de la maternidad y la paternidad. Un momento muy delicado que les hace enfrentarse a situaciones que ya creían superadas u otras nuevas e inesperadas que surgen dada la situación. Es la historia de un vínculo donde los cuidados, la escucha, la empatía y el amor están atravesados también por miedos, contradicciones, dudas y anhelos diferentes. La sordera es la condición natural de mi personaje, y por decirlo de alguna forma, el hilo conductor que hilvana toda la trama, por lo que efectivamente, además de reflejar la violencia institucional, social, sanitaria, etc. también queda patente en el aspecto más íntimo y familiar.
Algo que quizá tiene su punto más álgido durante el parto: en ese momento no tiene a nadie que le diga mediante lengua de signos qué tiene que hacer
Esa es una escena muy concreta donde vemos cómo las barreras comunicativas y la falta de protocolos y adaptaciones para las mujeres sordas dificultan doblemente una situación en la que en este caso, mi personaje, Ángela, se encuentra ya de por sí muy vulnerable.
¿Te sientes identificada con esa “violencia” que citaba antes?
Por supuesto que sí. Como mujer sorda debo enfrentarme continuamente a las barreras comunicativas que conlleva el sistema en todos los sentidos: a la hora de estudiar y formarme, acceder a un puesto de trabajo, gestionar cuestiones cotidianas como un trámite burocrático, una cita médica, comprar una barra de pan o tomar una cerveza con las compañeras. En mi caso, como en el de muchas personas sordas, soy la única en mi familia, de modo que tengo que estar explicando y a veces reivindicando continuamente mis necesidades porque suelen ser entendidas como un capricho, una manía o un lujo, y no como lo que realmente son: el deseo de estar y poder participar en igualdad de oportunidades.
En tu caso perdiste la audición a los 7 años. ¿Cómo recuerdas ese momento?
Era muy pequeña y estaba demasiado asustada por la reacción de mi entorno, así que me concentré en tratar de transmitir tranquilidad y disimular, hacer creer que no me pasaba nada. Fue mi forma de sobrevivir al momento, pero internamente supuso esforzarme al mil por mil y no poder relajarme nunca hasta casi los 30 años, que caí en una depresión.
No estamos construyendo la sociedad solidaria, inclusiva, equitativa y comprometida que todas y todos necesitamos
¿Qué aportaba la maternidad a la película? ¿Reforzaba las ideas que estás exponiendo sobre la sodera?
Tras el cortometraje que hicimos, la directora Eva Libertad quiso seguir profundizando en el personaje de Ángela y la maternidad, cosa que tenía sentido. Por un lado ella, porque es quien está detrás de la cámara y el guion de la película, así que es natural que quiera reflexionar acerca de una de las experiencias vitales que nos atañen a todas, decidamos lo que decidamos. Y por otro, somos hermanas y aunque muy diferentes, nos vamos construyendo según vivimos mutuamente, así que llevamos reflexionando sobre el mundo sordo y el mundo oyente toda la vida. La falta de aceptación, tolerancia, respeto o una mejor organización de recursos y protocolos de actuación en numerosísimas situaciones que hemos vivido juntas, nos han dolido a las dos.

En otro momento, incluso los padres viven una contradicción al pensar que su hija pueda ser sorda
Cada madre o padre sordo puede desear algo muy diferente para su vida, y esto va a estar relacionado directamente con su propia experiencia vital y su entorno en cuanto a familiares y amistades. Pero tenemos que entender que, por un lado, lo que más desea cualquier madre es poder vincularse con su criatura, protegerla, amarla y enseñarle a vivir. Y por otro, que Ángela no tiene miedo a que su hija sea sorda porque no entiende la sordera como una enfermedad. Como muchas personas sordas, considera que la problemática real está en la falta de información y sensibilización de la sociedad, que nos dificulta la accesibilidad, la participación y la falta de oportunidades a las personas sordas o con cualquier condición que no encaje en un planteamiento capacitista de la vida. No estamos construyendo la sociedad solidaria, inclusiva, equitativa y comprometida que todas y todos necesitamos.
En la película no hay nadie que pueda tacharse de perfecto. Ni siquiera tu papel, que la mayoría de las veces ha sido interpretado en el cine como inmaculado. ¿Queríais romper con esa dinámica?
Queríamos hacer una película que estuviese muy pegada a la realidad. Por ello, no hay personajes perfectos porque no existen las personas perfectas a la hora de abordar todas las situaciones que plantea la vida. Todos los personajes tienen muchas capas donde guardan sus miedos, contradicciones, secretos y anhelos. En cuanto a Ángela tanto Eva Libertad como yo, teníamos claro que no nos interesaba una mujer sorda perfecta porque además de irreal, significaba plantear a una heroína, algo que nos parecía dejarnos arrastrar por la presión y violencia que suponen la falta de muchos otros referentes en torno a la sordera. No queríamos que la violencia que supone la ausencia e invisibilización de personas y personajes sordos en el cine, el teatro y las artes en general, nos llevase a construir un personaje pobre o hueco en matices.
¿Cómo has vivido el querer ser actriz en una industria que deja de lado a las personas sordas?
A veces con frustración por la falta de oportunidades, otras con resignación al ver que falta todavía muchísima información y conciencia al respecto, otras me llaman específicamente por ser una actriz sorda… depende del momento vital. Soy consciente de que, como actriz sorda, siempre debo tener un planes b, c, d y e para poder salir adelante en todos los sentidos.
¿Qué crees que debería cambiar, tanto en el mundo del cine como fuera de él con respecto a las personas sordas?
Sobre todo falta información de calidad. Es muy importante que se entienda que hay tantas formas de ser sorda como formas de ser oyente. Es decir, cada persona sorda es totalmente diferente a otra: todo va a depender de los factores internos y externos que la rodeen, así que es importante no clasificar ni homogeneizar, pero sí respetar.
Respecto al cine, sería ideal implementar políticas desde un punto de vista -tanto micro como macro- que aboguen por la integración y que ofrezcan apoyo a las personas sordas para poder formarnos y así permitirnos participar y profesionalizarnos dentro de la industria del cine. Es decir, que haya directorxs, productorxs, guinistxs, actricx, etc sordxs. Y por supuesto, que podamos acceder al arte y la cultura desde el derecho que son, por medio de subtítulos, intérpretes, bucle magnético, etc. Es importante que la clase política tome partido en esto, pero desde la ciudadanía también podemos hacer mucho si ponemos atención y foco en construir equipos de trabajo ricos en diversidad y adaptaciones.
Soy consciente de que, como actriz sorda, siempre debo tener un planes b, c, d y e para poder salir adelante en todos los sentidos
Después de ver la película, uno se plantea muchas cosas: el desconocimiento que hay sobre la lengua –no lenguaje- de signos, el binomio oyente-sordo… ¿Por qué crees que hay tanto desconocimiento respecto a la sordera?
Porque históricamente la sordera ha sido evaluada solo desde un punto de vista clínico o médico, considerando como norma estándar el fonocentrismo, la audición y el oralismo, así que las lenguas de signos fueron prohibidas y penalizadas, y con ello también la identidad y la cultura sorda. Desde el pensamiento capacitista que tiene todavía la sociedad las personas sordas signantes somos una amenaza. Damos miedo porque desestabilizamos el confort y la comodidad de quienes quieren tener siempre los privilegios. Y por otro lado, la sordera es la única discapacidad invisible, por lo que no disfruta de la simpatía social que sí tienen otras condiciones. Todo esto es clave para que haya muy poca información, conocimiento y sensibilización en la ciudadanía en general.
Te puede interesar:
