Hakan. Esa es siempre la respuesta a todas las desgracias de la familia. Ferit lo sabe. Solo él manipularía el coche de Demir y Zeynep por hacerse con sus acciones y así controlar la empresa. Enfurecido, acude a su casa para pedir explicaciones. "Tienes los días contados. Vas a pudrirte en la cárcel".
Se le acumulan los problemas. A la acusación de Ferit se une la rabia contra Demet. "¿Cómo pudiste hacer eso? No te lo voy a perdonar nunca. Te voy a matar. Siento un odio atroz hacia a ti y me cuesta no estrangularte aquí mismo", dice Hakan sin querer escuchar las explicaciones de su mujer. Por suerte para Demet, Ferit y Deniz llegan en el momento preciso.
La terrible situación familiar y el bienestar de Bulut vuelve, nuevamente, a unir a Ferit y Nazli. Solo la cocinera es capaz de hacerle sentir mejor y devolverle la sonrisa. "La vida son trocitos de buenos momentos así que recuérdalos siempre", le dice al empresario sin percartarse de que, de nuevo, Deniz les ha pillado en uno de sus momentos de intimidad. Sin embargo, no es momento de reproches ni de enfados. Ahora solo es momento de descubrir la verdad sobre el accidente y para ello reabrirán la investigación y analizarán nuevamente el vehículo.
Tras convencer a Demet de que no estaba relacionado con el accidente de su hermano e insistirle en que pese a las adversidades y sus conflictos deben permanecer unidos, Hakan encarga a sus hombre encontrar a alguien a quien poder responsabilizar del boicot. Y no tardan en encontrarlo. Un camionero de la empresa despedido por robar que amenazó a con matarle es la víctima perfecta.
Comienza la gran actuación de Hakan. Hay que darse prisa y evitar que descubran nuevas pruebas. Una vez encontrado su chivo expiatorio, hay que convencer a Ferit. Y el primer paso es demostrar su voluntad de colaborar en la investigación y entregar, temporalmente, a Bulut al empresario.