Después de la intensa noche con Cey Cey, Can se da cuenta de que está cometiendo un error que no se puede permitir y abandona su idea de irse a los Balcanes. Sin embargo, lejos de correr a los brazos de Sanem, el fotógrafo huye de nuevo a su cabaña de la montaña.
Afortunadamente, el destino no quiere seguir jugando con ellos y hace que la editora descubra por casualidad que Can ha renunciado a su nuevo proyecto. Convencida de que no es casualidad y que lo ha hecho por ella, Sanem deja tirado a Yigit y se va a la cabaña para reencontrarse con él.
No hacen falta palabras. Después de semanas distanciados, se rompe esa barrera infranqueable que había entre ellos y se lanza a sus brazos. "A partir de ahora no habrá nada, solo estaremos tú y yo viviendo el momento presente".
Tras descubrir que Can y Sanem han renunciado a todo y están juntos, Polen cree que ha llegado el momento de tirar la toalla. No lo hará. La señora Hüma pone en marcha otro plan. Su objetivo ahora: evitar que Sanem regrese a la agencia.
Desafortunadamente, la tranquilidad les dura poco. Cuando el fotógrafo da por hecho que Sanem regresará a la agencia, ella le sorprende diciendo que quiere seguir en la editorial. Además, Yigit tampoco está dispuesto a que su escritora estrella se marche y, aunque aún no tiene la novela, contrata por adelantado un diseñador para la portada.