El acuerdo con Enzo Fabri sigue adelante. Después del amago de Can de paralizarlo por culpa de los celos, las cosas siguen su rumbo. La agencia se salvará pero la relación del fotógrafo y su asistente se complicará aún más con la presencia del empresario italiano.
En medio de esta crisis llega el día del cumpleaños de Sanem que tendrá una desagradable sorpresa al descubrir que no es Can la persona que está detrás de la organización de su fiesta sino Fabri. El italiano se toma muchas molestias para sorprenderla y Can no recibe de buen grado tantas atenciones hacia su ex. Enfadado, abandona la fiesta repentinamente. "Puedes ser la mujer de Fabri, trabajar para él, llevar los vestidos caros que te regale y disfrutar de la vida No quiero escucharte más. Se acabó. A partir de ahora solo serás una trabajadora más de la agencia", le dice a Sanem, que toma una drástica decisión al comprobar que las cosas con el fotógrafo no van a cambiar. "Creí que la fiesta la habías organizado tú y que el vestido era un regalo tuyo. No volverás a verme nunca más, voy a dejar la agencia. Saldré de tu vida para siempre".
Mientras Sanem y Can siguen enzarzados en sus constantes disputas, Fabri actúa a sus espaldas. Ninguno de los dos imagina que el empresario está urdiendo una venganza contra ellos. "El señor Can me las pagará. Aún recuerdo cómo me humilló en la última fiesta Y la bella Sanem, tarde o temprano me entregará la fórmula de su perfume".