Sanem consigue emocionar a Can con una romántica sorpresa: "No debemos separarnos nuca"

  • Las cosas entre ellos no pueden ir mejor, pero su relación sigue siendo la comidilla de todos en el barrio

  • Leyla vuelve al trabajo pero mantiene su actitud distante hacia Emre

Para compensar a Can después de haberle roto sus piedras de la suerte, Sanem le prepara una especial sorpresa a su chico. Para ello, se lo lleva a una casa donde solía ir ella de pequeña a esconderse cuando quería estar sola. Allí, dentro de la chimenea, había dejado guardada una caja que contenía un profundo texto que su yo del pasado escribió para su futuro novio. En este caso, el escogido ha sido Can, que ha tenido el privilegio de leer las palabras de Sanem hasta el punto de emocionarse.

"Si algún día tengo novio, volaremos sobre las nubes cogidos de las manos y sin alas...", comienza su carta a su hipotético albatros. Después de esta profunda declaración de amor mutua, Can tiene clara una cosa: "No debemos separarnos nuca". Se abrazan, se emocionan y deciden que este lugar que tanto ha significado para ellos como relación debe tener algo suyo. Lo consiguen con unas casitas para los pájaros que viven allí. ¿Y si terminasen montando una protectora de animales?

El padre de Sanem entra en cólera al enterarse de la relación de su hija con Can

Su relación ya es un secreto a voces. En la compañía todos son conscientes del vínculo sentimental que existe entre Can y Sanem. Y tal y como pudimos ver en el último capítulo, la madre de ella ya es cómplice de este amor que parecía imposible. Sin embargo, sin ellos pretenderlo, un nuevo elemento entra en juego: Nihat, el padre de Sanem, se entera de que su hija y Can tienen pensado casarse. ¡Y entra en cólera al ser consciente de que su mujer lo sabía y no le había dicho nada!