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Una sospechosa conversación entre Sanem y Emre ha dinamitado la relación de Can y la asistente. Ya no hay marcha atrás. No puede ocultar por más tiempo sus mentiras y, entre la espada y la pared, confiesa que entró a robar una carpeta a su casa por orden de Emre. La confesión destroza a Can.
Tras descubrir el engaño de Sanem, Can pide explicaciones a su hermano. ¿Qué había en esa carpeta que no podía ver? Acorralado, Emre vuelve a mentir y le asegura que la carpeta contenía documentos para su madre. Además, le hace la confesión más difícil de asumir para Can. Sanem intentó robar la carpeta por dinero. El descubrimiento de la verdad destroza a la familia Divit. Can es incapaz de perdonar a su hermano y le echa de la empresa.
Emre tenía razón. Can es de los que no perdonan una deslealtad. Conocer la verdad sobre Sanem le ha dejado hundido. Ya no puede confiar en ella y no podrá volver a verla de la misma manera. "Me enamoré por primera vez y fue de ti. Creí en tu inocencia, en tu buen corazón, en que eras diferente. ¿Dónde está esa Sanem? Se acabó. Ya no quiero volver a saber nada de ti", le dice a la asistente, que trata por todos los medios de convencerle para seguir adelante. "Sé que me equivoqué. Pídeme lo que quieras. Castígame si te sientes mejor. Aceptaré lo que decidas. No puedo irme. Soy incapaz. No puedo dejarte, no puedo vivir sin ti... Por eso no pude hablar antes".
Aunque desde que descubrió la verdad Can no quiere hablar con Sanem y trata de mantener la distancia, cuando ve que su vida corre peligro corre a rescatarla, dejando en evidencia que lo que siente por ella es más fuerte de lo que el mismo cree.